Pilar Pascual
Agricultora y ganadera en Finca Telereta, La Vaca Madruga y Los Garbanzos de La Muñeca
La joven agricultora y ganadera Pilar Pascual, más conocida como AgriPilar, se ha convertido en una de las principales referentes digitales del sector agroalimentario. Con más de 78.000 seguidores en Instagram y 61.000 en Tik Tok, además de su canal de YouTube, da a conocer cómo es el día a día en su granja, situada en Parada de Rubiales, un pequeño pueblo de Salamanca. En ella cuenta con ganado vacuno y con varios cultivos, principalmente pistachos. Este trabajo de divulgación en las redes sociales la ha llevado a recibir recientemente el Premio Nacional de Gastronomía Talento Joven 2025.
Aunque no entraba en sus planes quedarse en España, la pandemia fue la culpable de que fuera así, y ese fue el germen de sus diversos proyectos, siempre relacionados con el campo. “Tras ir involucrándome mis padres en el comienzo y desarrollo del proyecto Finca Telereta, me di cuenta de que el campo verdaderamente me llamaba la atención y a lo mejor era buena idea dedicarme a él profesionalmente” —nos cuenta—. “En segundo de bachillerato decidí que iba a hacer un grado en agricultura y ganadería, pero que lo iba a hacer fuera de España. De hecho, ya estaba admitida en la universidad UC Davis para empezar la Fall Season en 2020, pero a los pocos días de recibir la admission letter, llegó la pandemia, que nos encerró en casa y dio un giro de 180 grados a nuestras vidas. Tuve que tomar la decisión de quedarme en España, y, aunque no me gustó nada la idea al principio, soy fiel creyente de que todo pasa por algo, y tener quedarme aquí fue el comienzo de lo que soy hoy y de lo que he ido creando esos años, tanto a nivel personal como AgriPilar como a nivel personal con el proyecto de Finca Telereta, La Vaca Madruga y ahora los Garbanzos de La Muñeca”.
Dedicarse al campo supone un desafío considerable, principalmente por “la falta de rentabilidad y el exceso de burocracia”, asegura Pilar, que explica que “cada año suben los costes de producción, pero los precios en origen apenas se mueven, principal razón por la que apostamos por la venta directa de nuestros productos, lo cual lleva un trabajazo detrás. Trabajamos mucho y arriesgamos todo, y los números muchas veces no salen”.
“A eso se suma el papeleo: cada ayuda, registro o inspección implica horas delante del ordenador en vez de estar en el campo o con los animales. Al final, parece que somos más gestores que agricultores o ganaderos. Falta apoyo real y menos trabas para poder vivir dignamente de nuestro trabajo. Y el claro ejemplo por desgracia lo hemos vivido hace nada con la pérdida de David Lafoz, un joven del campo que luchó por este sector hasta que no pudo más. Si no queremos que su caso se repita, necesitamos que las cosas cambien ya”, defiende la agricultora y ganadera.
A pesar de estos obstáculos, Pilar considera que el esfuerzo no es en vano: “Lo que hace que valga la pena es ver cómo crece lo que siembro, cómo los animales están sanos y cómo el esfuerzo diario da sus frutos. No hay nada como saber que lo que haces alimenta a otras personas. A pesar de las dificultades, trabajar con la tierra y los animales te conecta con lo esencial”. Para Pilar Pascual, su papel como agroinfluencer “es una forma de dar voz al campo y mostrar la realidad sin filtros. No busco likes, sino que la gente entienda lo que hay detrás de cada vaso de leche o de cada kilo de tomates. Si con mis publicaciones consigo que alguien valore un poco más nuestro trabajo, ya merece la pena. Lo que me impulsó a dar a conocer el mundo agrícola y ganadero a través de las redes fue que veía que había mucha desinformación. Se habla del campo sin conocerlo, y me daba rabia. Las redes son una herramienta muy potente para contar lo que realmente pasa: el esfuerzo, las alegrías y también los problemas. Quería que la gente viera el lado humano del sector”.
Y es que, por regla general, los ciudadanos no conocen del todo la realidad del mundo rural y de la producción de alimentos: “Muchos piensan que el campo es algo romántico o que los alimentos ‘aparecen’ en el supermercado. Falta conexión con la realidad: detrás hay personas, esfuerzo y una cadena muy larga. Por eso es importante contar lo que hacemos cada día”.
En cuanto al premio al Talento Joven que ha recibido en los Premios Nacionales de Gastronomía 2025, la responsable de Finca Telereta nos cuenta que “es una alegría enorme y una inyección de energía. No solo por mí, sino por todos los jóvenes que seguimos apostando por el campo. Es un reconocimiento que demuestra que el trabajo en el medio rural también tiene valor y merece visibilidad”.
Pilar tiene muy claras las claves para atraer a los jóvenes al sector: “Hace falta rentabilidad, formación y apoyo real. Si el trabajo en el campo diera para vivir dignamente, muchos jóvenes se quedarían. También hay que mostrar que el campo puede ser moderno, con tecnología, innovación y oportunidades de futuro”, asegura.
Respecto a las mujeres, reivindica que tienen una importante presencia en el sector: “Las mujeres siempre hemos estado en el campo, aunque antes se nos veía menos. Hoy en día tenemos una presencia muy importante, tanto en las explotaciones como en la gestión, la innovación o la comunicación. Somos parte fundamental del sector y eso ya se nota. Cada vez hay más mujeres formadas, preparadas y al frente de explotaciones, cooperativas o proyectos rurales. Lo importante ahora es seguir visibilizando ese trabajo y demostrar que en el campo hay espacio para todos por igual”.
“En mi caso, no me he encontrado con barreras por ser mujer. Siempre me he sentido respetada y valorada por mi trabajo, igual que cualquier compañero. Los hombres que me rodean en mi día a día en el campo, sobre todo mi pareja, siempre me enseñan y animan a hacer todo lo que hacen ellos. En el campo lo que cuenta es el esfuerzo y la dedicación, no si eres hombre o mujer. Hoy en día las oportunidades están ahí para quien quiera aprovecharlas”.