La depresión es la enfermedad mental más común en mundo, con 280 millones de pacientes, estimándose que el 3,8 % de la población se encuentra afectada. Y, lo más preocupante, su incidencia no hace más que crecer. Hace ahora cinco años un equipo de investigación coordinado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, con la colaboración de centros reclutadores en Vitoria, Pamplona, Madrid y Las Palmas de Gran Canaria, lanzó la iniciativa Prevención de recurrencia de depresión con dieta mediterránea (PREDIDEP). Se partió de la premisa de que una intervención en la dieta de los pacientes tendría un efecto sobre esa dolencia.Teniendo en cuanta que la depresión y la enfermedad cardiovascular comparten mecanismos patológicos comunes como la presencia de inflamación o el estrés oxidativo, el modelo elegido fue la dieta mediterránea, rica en aceite de oliva virgen extra (AOVE) que tan buenos resultados había ofrecido en los estudios PREDIMED y CORDIOPREV para las dolencias cardiovasculares.
En 2019 se reclutó a 52 hombres y 144 mujeres de entre 18 y 86 años que habían sufrido al menos un episodio de depresión en los últimos cinco años. Una parte de esos pacientes siguieron el patrón mediterráneo con los aceites de oliva como principal fuente de grasa, mientras que el resto tomó una dieta de control. El sector de los aceites de oliva, a través de la Organización Interprofesional del Aceite de Oliva Español, fue el encargado de suministrar las cantidades de AOVE para este estudio. La recomendación fue que los participantes tomaran un mínimo de cuatro cucharas al día de AOVE.
Ahora los resultados del proyecto se están dando a conocer en publicaciones como Experimental Gerontology y Nutritional Neuroscience. Almudena Sánchez-Villegas, coordinadora del estudio, explica: “El seguimiento de un patrón de dieta Mediterránea suplementada con AOVE parece ejercer un efecto beneficioso sobre pacientes recuperados de un trastorno depresivo, reduciendo sus síntomas depresivos residuales tanto a corto como a medio plazo. Los participantes con síntomas residuales de depresión asignados a dieta Mediterránea suplementada con AOVE redujeron esta sintomatología (de 2 a 3 puntos) de forma significativa tanto a corto como a largo plazo; no encontrándose reducción significativa en la sintomatología depresiva en el grupo control en ningún momento del seguimiento”. La doctora destaca especialmente los avances que los pacientes han experimentado en los indicadores de calidad de vida. Se les pasó un cuestionario que permite evaluar cuatro dimensiones físicas de calidad de vida y otras tantas mentales: “Es interesante recalcar el resultado obtenido para las denominadas “salud mental” y “vitalidad” (ambos dominios mentales) y para la puntuación global mental. Los pacientes asignados a dieta Mediterránea suplementada con AOVE consiguieron aumentar significativamente las puntuaciones en estos 3 parámetros en torno a 7, 9 y 3 puntos respectivamente tras dos años de intervención”.
Almudena Sánchez-Villegas cree que estos resultados han de tenerse en cuenta en la práctica clínica a partir de ahora: “Debería incluirse la recomendación del seguimiento de esta dieta rica en AOVE en los pacientes con antecedentes de depresión junto a su seguimiento y control clínico habitual de tipo farmacológico y/o psicológico”.