La Iniciativa en favor del uso de carbono renovable (RCI, por sus siglas en inglés) https://renewable-carbon-initiative.com/ se creó a finales de 2020, y hoy en día es un grupo de interés formado por más de 40 empresas de las cadenas de valor de la química y los materiales. El objetivo de la iniciativa es apoyar y acelerar la transición del carbono fósil al carbono renovable —que es el carbono que proviene de la biomasa, la utilización directa del CO2 o el reciclaje— para todos los productos químicos orgánicos y materiales. De este modo, la RCI aborda el principal problema del cambio climático: la extracción y el uso de carbono fósil adicional del suelo.
La RCI señala que la química orgánica y los materiales derivados no pueden descarbonizarse, ya que el carbono es su principal materia prima y componente básico. Por consiguiente, es inevitable en su lugar apuntar a la desfosilización en estos sectores. “Tenemos la oportunidad de adaptar nuestra economía y avanzar hacia modelos comerciales realmente circulares que reutilicen y reciclen el carbono indefinidamente”, aseguran. En este sentido, la RCI está participando en diversos informes de políticas para presentar ideas que pueden agilizar ese proceso.
La actual revisión de la Directiva relativa a los envases y residuos de envases es un elemento clave. La RCI sostiene que la inclusión de los contenidos de base biológica y a base de CO2 a la par de los contenidos reciclados sería un paso importante en la dirección correcta. Asimismo, abrir la cuota de reciclado para incluir otros materiales renovables ofrecería flexibilidad a la industria y distendería los mercados con limitaciones sin comprometer las ambiciones climáticas y de economía circular. “Nos complace observar que las partes interesadas de la Comisión están debatiendo seriamente esta opción, y ofrecemos nuestro apoyo en términos de proporcionar pruebas y debates estratégicos”, apuntan.
Se prevé que el marco de la política sobre plásticos de base biológica, biodegradables y compostables en virtud del paquete de medidas sobre la economía circular se publicará en noviembre de 2022. Su objetivo es apoyar estos plásticos cuando ofrezcan verdaderos beneficios medioambientales.
La RCI respondió al detallado cuestionario de los expertos y abogó por una política equilibrada que dé un tratamiento justo a los bioplásticos innovadores, sin dejar de lado los materiales reciclados y de captura y utilización de carbono (CCU, por sus siglas en inglés) como opciones que también son positivas para la desfosilización. “Estamos convencidos de que los requisitos de sostenibilidad para los materiales de base biológica deben ser comparables a las normas establecidas en la Directiva de energías renovables para los biocombustibles, naturalmente con ciertas adaptaciones cuando sea necesario, y que deben contemplar las correspondientes medidas de apoyo (al igual que para los biocombustibles)”, defienden desde la Iniciativa.
La consulta también solicitó opiniones sobre la cuestión conocida y frecuentemente debatida de si debería haber un contenido mínimo de base biológica –p. ej., el 30% o el 50%– antes de que un producto pueda ser etiquetado como de base biológica: “Estamos en contra de un valor mínimo predeterminado; en su lugar, sugerimos que los productores que deseen etiquetar su producto como de base biológica deban indicar una parte de contenido de base biológica certificado en dicho producto. Esto automáticamente hará que los productores etiqueten los productos como de base biológica solo si pueden demostrar un alto contenido de base biológica de manera convincente. En el caso de los productos biodegradables, proponemos que cualquier marco de política apoye tan solo las aplicaciones que no se pueden recoger y reciclar efectivamente o aquellas cuyo uso traiga aparejados beneficios secundarios, como una mayor recogida de residuos orgánicos”. Por otro lado, la RCI señala que la publicación de la comunicación sobre Ciclos de carbono sostenibles en diciembre de 2021 representa un hito e incluye el objetivo de que para 2030 el 20% del carbono en productos y materiales deberá provenir de fuentes no fósiles. Actualmente, la RCI está preparando un documento de postura más detallado sobre estos temas, y seguirá participando.
Además, en estos momentos se está preparando la hoja de ruta de la transición ecológica y digital de la industria química, y también aquí están cooperando activamente en el proceso de las partes interesadas.