Jorge Edwards
Punto Menta www.puntomenta.com
Durante décadas, las frutas y hortalizas frescas se han presentado en el mercado bajo una premisa simple: mostrar su estado natural, comunicar su variedad y competir por precio. Pero algo está cambiando. En los lineales de supermercados y en las tiendas online más punteras, el producto fresco está empezando a hablar un nuevo lenguaje. Uno que no solo informa, sino que seduce, posiciona y construye valor.
Ese lenguaje es el del branding estratégico.
EL ENVASE YA NO ES ENVOLTORIO. ES PROPUESTA DE VALOR
Tradicionalmente tratadas como commodities, las frutas y verduras han carecido de identidad visual, relato de marca o diferenciación significativa. Pero hoy, una nueva generación de empresas frutícolas está entendiendo que, si no inviertes en marca, no compites. Porque, incluso con un producto de excelente calidad, si no eres visible ni memorable, simplemente desapareces frente a opciones que sí lo son.
En este nuevo escenario, el diseño de packaging no se limita a describir el producto. Su rol es mucho más ambicioso: proyectar lo que ese producto representa en la vida del consumidor. Bienestar, sostenibilidad, conexión con el origen, estilo de vida saludable. El envase es, hoy, el primer embajador de esos valores.
LA FRUTA COMO PRODUCTO ASPIRACIONAL
Las marcas líderes ya no venden solo alimentos. Venden narrativas. El auge de marcas de agua premium, snacks funcionales o aceites gourmet ha demostrado que el consumidor actual está dispuesto a pagar más por productos que se alinean con sus valores personales y estéticos.
¿Y si aplicáramos esa misma lógica al mundo de la fruta?
Empresas visionarias están empezando a hacerlo: tipografías expresivas, colores vibrantes, fotografía de alto nivel, relatos auténticos sobre el origen y el cultivo. La fruta se transforma en una experiencia. Una promesa de salud, frescura y autenticidad. Un producto que no solo se consume, sino que se comparte, se muestra, se asocia a un estilo de vida.
DEL CAMPO AL CONSUMIDOR, PASANDO POR LA ESTRATEGIA
Desde Punto Menta, entendemos que para competir en este nuevo terreno no basta con un buen diseño. Se necesita una estrategia integral: naming con visión de marca, identidad verbal coherente, storytelling, elección consciente de materiales, estructura de línea clara y una arquitectura visual que proyecte modernidad sin perder autenticidad.
Diseñar envases que hablen el idioma del consumidor actual —claro, emocional, sostenible y visualmente impactante— no es una moda. Es una decisión de negocio.
EL CANAL DIGITAL EXIGE MÁS QUE CALIDAD: EXIGE MARCA
El crecimiento del e-commerce ha amplificado esta necesidad. En un entorno donde no se puede oler, tocar ni seleccionar el producto, la confianza se construye con imagen, relato y coherencia visual. El consumidor no busca solo “buena fruta”, busca señales claras de que está tomando una decisión alineada con su estilo de vida. Si la marca no comunica eso, simplemente no existe.
Y en el punto de venta físico, la lógica es similar. El retail premia los productos que generan rotación. Y los productos que rotan son aquellos que destacan visualmente, que transmiten claridad, origen y confianza en segundos.
ESPAÑA: UNA POTENCIA PRODUCTORA CON UN DÉFICIT DE MARCA
España es líder mundial en producción y exportación de frutas y hortalizas. Pero en términos de comunicación visual y posicionamiento de marca, el sector sigue anclado en lo funcional. Mientras en mercados como Alemania, Francia o Escandinavia los lineales se llenan de envases que respiran sostenibilidad, diseño y origen, en nuestro país seguimos comunicando con códigos genéricos, verdes obvios y mensajes técnicos.
¿La buena noticia? Esa brecha es también una gran oportunidad.
RECOMENDACIONES PARA CEOS DEL SECTOR FRUTÍCOLA
1. Construir marca, no solo vender producto.
La marca fideliza, protege frente a marcas blancas, mejora márgenes y abre nuevos canales.
2. Rediseñar el packaging como un canal de marketing activo.
Cada centímetro puede comunicar trazabilidad, impacto social, cultura local, beneficios nutricionales o diferenciación varietal.
3. Hablar el lenguaje visual del consumidor.
Naturalidad sin clichés. Ilustración emocional. Colores con intención. Simplicidad como virtud. Diseño que respira autenticidad y frescura.
4. Activar la marca en nuevos canales.
Redes sociales, plataformas de e-commerce, colaboraciones con influencers del ámbito saludable, estrategias de contenido. Todo esto es parte de un sistema que proyecta al producto más allá del lineal físico.
CONCLUSIÓN: EL FUTURO NO SE EMBALA CON CLICHÉS
En un mundo donde el consumidor exige autenticidad, salud, transparencia y diseño, seguir presentando un producto excelente con un envase genérico es, simplemente, no competir.
Desde Punto Menta ayudamos a compañías del sector agroalimentario a construir marcas con propósito, con estrategia y con impacto. Creamos sistemas visuales que hablan de lo que importa: el origen, la calidad, el bienestar, el futuro.
La fruta ya no es solo fruta. Es mensaje, es estilo de vida, es decisión consciente. Y eso —bien contado— es una ventaja competitiva.