Con un 77% del comercio exterior europeo y el 35% del comercio total en valor transportado por vía marítima entre los Estados miembros de la UE, el transporte marítimo constituye una parte esencial de la cadena de suministro internacional.
A pesar de que la actividad marítima se redujo en 2020 debido a los efectos de la pandemia de COVID-19, se espera que el sector crezca considerablemente en las próximas décadas, impulsado por el aumento de la demanda de materias primas y el transporte de contenedores.
En este contexto, la Agencia Europea de Medio Ambiente y la Agencia Europea de Seguridad Marítima publicaron en septiembre un informe medioambiental sobre el transporte marítimo europeo, que muestra que los buques producen el 13,5% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del sector transporte en la UE, por detrás de las emisiones generadas por el transporte terrestre (71%) o aéreo (14,4%). Las emisiones de dióxido de azufre (SO2) de los buques que hacen escala en puertos europeos ascendieron aproximadamente a 1,63 millones de toneladas en 2019, cifra que se espera siga disminuyendo en las próximas décadas debido a la introducción de normas y requisitos medioambientales más estrictos. Asimismo, se estima que el transporte marítimo ha contribuido a que los niveles de ruido subacuático en aguas de la UE hayan aumentado en más del doble entre 2014 y 2019, y a la introducción de la mitad de