Asistentes a la jornada de la Cátedra KIWA

Las ciudades y el sector agroalimentario se alían para trazar el camino hacia una sociedad sostenible

KIWA

12 de mayo, 2022

La Cátedra Kiwa reunió a administración, sector agroalimentario y comunidad universitaria para consensuar maneras efectivas de implantar los ODS



La Cátedra Kiwa, adscrita a la Universitat Politècnica de València (UPV) a través de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural (ETSIAMN), reunió ayer a responsables públicos, con el President de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, a la cabeza, altos cargos y directivos de organizaciones agroalimentarias y a la comunidad universitaria, para consensuar maneras efectivas y eficientes de implantar en la sociedad los mandatos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Es importante aunar esfuerzos y tejer alianzas para lograr una Comunitat Valenciana más sostenible y que ofrezca a la ciudadanía un mejor modo de vida, más avanzado y saludable. Y se hace imprescindible encontrar un método válido para hacerlo, partiendo de las experiencias individuales y la cooperación. Yendo de lo particular a lo universal y logrando soluciones adecuadas para todos los territorios. Así lo ha entendido el President, que ha querido respaldar esta iniciativa con su presencia. Ximo Puig ha expresado tajante que, en materia de sostenibilidad, no hay alternativa. “Se trata de sumar de manera inteligente", -ha señalado-. "No tenemos otro planeta. No hay plan B para el planeta”. Para el Molt Honorable la gran cuestión actual es alcanzar la soberanía energética, pasando “de ser consumidores de combustibles fósiles” a “importar energía limpia”.

Por su parte, el Rector de la UPV, José Capilla, ha realzado el compromiso de las universidades, con la UPV a la cabeza, en la consecución de las metas de desarrollo sostenible. “Lo tenemos que hacer porque de aquí salen los profesionales que, en el futuro, van a llevar las riendas de la sociedad”, ha añadido.

 

Buscando soluciones

Los anfitriones de la jornada, la empresa certificadora Kiwa, a través de su Cátedra, y la consultora People are Science, han ofrecido datos concretos sobre soluciones al problema de cómo cuantificar las necesidades de sostenibilidad. Para Juan Cardona, Director General de Kiwa España, “apostar por la sostenibilidad desde el sector agroalimentario es cambiar el mundo: poniendo en valor los productos de proximidad, educando a los niños en hábitos alimentarios saludables, fomentando el bienestar de la población y un turismo gastronómico de kilómetro 0 que dé impulso económico a nuestra tierra”. Cardona también ha revelado que Kiwa ya trabaja en la búsqueda de soluciones. “Así, ha nacido foODS, una herramienta ideada para integrar los planes de los ODS en la industria agroalimentaria y asimilar la filosofía de la Agenda 2030”.

Rosa Valenzuela, Directora General de People are Science, ha recordado que las ciudades son cruciales para canalizar los esfuerzos hacia la sostenibilidad a través del uso de estos indicadores. “Sin embargo, necesitamos más investigación para entender cómo adaptar los objetivos, metas e indicadores a contextos municipales específicos. Y en esto vamos a trabajar desde la Cátedra Kiwa en la Comunitat Valenciana, empezando por la provincia de Castellón y haciéndolo extensible a Alicante y València”.

De hecho, la Cátedra Kiwa, con la cooperación de People are Science, ha acordado un proyecto piloto con la Diputación de Castellón, “para diseñar una metodología que mida y cuantifique el impacto de la sostenibilidad en diferentes ámbitos, para su evolución y mejora”.

 

El reto de medir

La jornada se ha estructurado en torno a dos mesas redondas. La primera de ellas, El reto de medir, ha abordado las dificultades con las que se encuentran los municipios a la hora de acceder a los retos relacionados con los ODS. Los participantes son conscientes de que la ciudad sostenible está en permanente construcción y que no existe un solo modelo válido. Por eso, y desde la implementación de sus propias soluciones, el objetivo es compartir e ir construyendo una ruta adecuada. Eso sí, las medidas que se tomen deben apuntar al equilibrio entre desarrollo y bienestar, a la vez que cumplir con cinco puntos cruciales: acceso a recursos públicos básicos; acciones de renovación urbana; reducción de emisiones de CO2; favorecer nuevos modelos de negocio; y apostar por la puesta en práctica de la economía circular.

El alcalde de Alzira (Valencia), Diego Gómez García, ha cuestionado el que no se haya contado con la participación de las ciudades en la elaboración de las ayudas oficiales, en especial del mecanismo Next GenerationEU, cuando, al final serán los municipios los que deberán ejecutar los recursos, cuestión de gran complejidad para los ayuntamientos de tamaño medio.

Otra dificultad añadida para Gómez García, es que “Europa nos mira con lupa a los países mediterráneos”. De momento, en su localidad, para poder gestionar mejor los cambios a realizar, han puesto en marcha una agenda urbana de futuro y su plan estrella es “Alzira, un riu de futur”, una iniciativa que implica a todo el entramado social de la ciudad con el objetivo de hacer del río Júcar el eje de la calidad ambiental local.

La Directora General del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE), Júlia Company, considera que la clave para el aprovechamiento de las ayudas europeas disponibles es la concreción de un modelo de ciudad. “Los municipios deben trazar una estrategia de cuál es el modelo que quieren implementar y hacerlo”, ha expresado.

Almassora (Castellón) destaca por una estrategia de convivencia entre el desarrollo empresarial y la habitabilidad del municipio. De hecho, hasta once mil vecinos de la localidad trabajan en la industria local (un 42% del total, frente al 25% de media en la provincia). Su alcaldesa, Merche Galí, ha explicado que la captación de fondos para mejoras en los polígonos industriales exige contrapartidas en proyectos sostenibles, como una red de carril bici que limita las plazas de aparcamiento públicas y que, a menudo, no es bien recibida por los vecinos. “Hace falta el acompañamiento de la ciudadanía, que aún no va a la misma velocidad que la administración”, ha declarado Galí.

El Presidente de la Diputación de Castellón, José Pascual Martí, considera un error que cuando se aborda la problemática de la movilidad nunca se tome el medio rural en consideración y ha aprovechado este foro de cooperación para presentar una guía de aplicación sostenible, con “unos criterios cualitativos y cuantitativos para medir la aplicación en cada municipio de los ODS”.

 

¿Cuánto cuesta ser sostenible?

La segunda de las mesas redondas, ¿Cuánto cuesta ser sostenible?, ha cedido el testigo a los representantes de la industria agroalimentaria, un sector de la economía trascendental para el desarrollo de hábitos saludables y sobre el que recae la esperanza de reequilibrar el territorio, reforzando un mundo rural que, necesariamente, se ha de digitalizar.

La senda trazada por la industria agroalimentaria mantiene un equilibrio entre el buscado crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y la obtención de bienestar social. Este compromiso implica cumplir las exigentes normativas europea y española, y hacer suyo el criterio de empresa sostenible que, poco a poco, van introduciendo los consumidores en sus decisiones de compra. Porque si una cosa ha quedado clara hoy es la confirmación del empoderamiento de los consumidores, que valoran muy positivamente conceptos como el bienestar animal, la pesca sostenible, el aprovechamiento de producto y la disminución en el empleo de plásticos.

Para Cristóbal Aguado, Presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), los agricultores son el eslabón más débil de la cadena alimentaria y quienes pagan los efectos de la fuerte subida de los costes. Aguado no cree que se pueda hablar de sostenibilidad real si los productores no pueden vivir dignamente de su trabajo: “Sostenible es lo que nos permite producir sin poner en riesgo los recursos naturales. Esto exige un esfuerzo sin precedentes, en innovación y tecnología, que puede y debe hacerse sin socavar la competitividad europea frente a terceros”.

La industria agroalimentaria y la distribución han alertado de la sobrerregulación a la que se ve sometido el sector. “Tenemos regulaciones en Europa, en España y en cada una de las diecisiete comunidades autónomas. Sólo interpretar la legislación que tenemos que aplicar diariamente ya supone para cada empresa una complejidad bastante importante”, ha dicho Rafael Juan, Presidente de la Federación Empresarial de Agroalimentación de la Comunitat Valenciana (FEDACOVA).

Más lejos va en sus apreciaciones Ricardo Fernández Casal, Director de Calidad y Desarrollo Sostenible de Carrefour España. “Para las empresas esta legislación supone un esfuerzo que debería ser compensado por la administración estatal”. En su opinión, la regulación administrativa orientada a avanzar hacia la sostenibilidad “no debería mermar la competitividad empresarial, y en especial la de un sector clave para la economía”.


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