ASAZGUA (www.azucar.com.gt/) es la Asociación de Azucareros de Guatemala, creada el 17 de septiembre de 1957. Su objetivo es generar políticas gremiales para poder tener un mejor posicionamiento a nivel nacional e internacional. En una entrevista con su Gerente General, Luis Miguel Paiz, nos ha detallado que detrás de la caña de azúcar existe un sector muy comprometido con la sostenibilidad social y medioambiental.
En primer lugar, nos ha explicado que ASAZGUA es una institución sin fines de lucro compuesta por 10 ingenios productores de azúcar, que concentran sus operaciones en cuatro departamentos de la costa del Pacífico. Las fincas azucareras recibían el nombre de “ingenio” debido a que, junto a la superficie agrícola dedicada al cultivo, se edificaron las casas que albergaban los molinos o trapiches y los demás artefactos destinados a extraer el jugo de la caña y obtener la sacarosa cristalizada.
Como destaca Paiz, “un ingenio es un motor de desarrollo, ya que además de producir azúcar, energía o alcoholes, genera empleos y genera bienestar para las comunidades, para los proveedores y para toda la sociedad”. En concreto, generan alrededor de 56 mil empleos directos y 278 mil indirectos.
Como decíamos, la sostenibilidad juega un papel crucial para la asociación: “Tenemos una estrategia de sostenibilidad basada en criterios ESG (Environmental, Social and Governance), la cual nos permite trabajar en conjunto con todos los ingenios. Es importante tener en cuenta nuestro impacto a nivel social y ambiental para tener una agroindustria a futuro”.
De la caña de azúcar se aprovecha su totalidad, el 100 %. De acuerdo con Paiz, “la caña de azúcar es un ejemplo de economía circular. Cuando se somete la caña al proceso de molienda produce, por un lado, los jugos, y por otro, la biomasa, el bagazo, con la cual se cogenera energía eléctrica. Esa energía eléctrica se utiliza para proveer el 100 % de las necesidades de los ingenios, y el resto va para la matriz energética nacional. Adicionalmente, se producen mieles, que se pueden utilizar para la alimentación animal o para la producción de alcoholes. De la producción de alcoholes se saca la vinaza, que se utiliza como un abono orgánico, y el CO2, que se vende a las fábricas de bebidas carbonatadas”.
La temporada de cosecha de la caña de azúcar se conoce como zafra y se realiza en los meses de noviembre a mayo de cada año. La caña se puede cosechar a mano o a máquina.
Paiz ha destacado que el 40 % del azúcar producido en la última zafra o cosecha se destinó al mercado local, mientras que el 60 % fue para mercados de exportación. “Taiwán, Estados Unidos o Chile son nuestros mercados más importantes, pero en total fue destinado a cincuenta y dos países diferentes a nivel mundial, siendo España uno de ellos”.
“Guatemala es un país muy pequeño, con una superficie de 108.000 km2, y cuenta con 250.000 hectáreas de caña de azúcar. A pesar de este pequeño tamaño, Guatemala está posicionado en tercer lugar a nivel mundial en cuanto a la productividad de azúcar, que son las toneladas de azúcar por hectárea, solo por detrás de Esuatini (anteriormente Suazilandia) y Colombia. Esto se ha logrado gracias al trabajo conjunto de los ingenios”, añade Luis Miguel Paiz.
Un aspecto que contribuye a su competitividad a nivel internacional es la rapidez de carga de su terminal: “Mientras que hay países que te pueden cargar un barco de 35.000 toneladas en 15 o 30 días, en nuestra terminal lo cargamos en 18 horas”, asegura Paiz.
Además de la sostenibilidad, la innovación es otro de los ejes que impulsan al sector azucarero de Guatemala. “Contamos con un Centro de Investigación y Capacitación que tiene 31 años de trayectoria, y en él desarrollamos variedades de caña que sean más productivas, adaptables al cambio climático y resistentes a plagas. Hoy en día, más del 70% del área cultivada de caña de azúcar en Guatemala se siembra con variedades desarrolladas en este Centro”, asegura. Además de este trabajo de desarrollo de variedades, en el Centro de Investigación también se investiga en el desarrollo de prácticas agronómicas que sean más eficientes y cuiden todos los recursos naturales, especialmente el agua: “Hemos desarrollado aplicaciones que permitan un uso más eficiente del agua, como sistemas de recirculación del agua en los ingenios, o la limpieza de la caña en seco cuando antes se utilizaba agua para lavar la caña antes de que fuera molida… Todo esto es parte del compromiso del sector con el medio ambiente y con la investigación para ser más eficientes desde el punto de vista económico, ambiental y social”.
Todo este trabajo se ve reconocido a nivel mundial. Por ejemplo, la Agroindustria Azucarera de Guatemala está totalmente alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, y, como apunta Paiz, “fuimos la primera asociación del sector privado a nivel mundial en formar parte de la Red de Agua y Energía de UNDESA, de Naciones Unidas”.