Encuesta de población sobre la percepción de la seguridad y conocimiento de envases y artículos para uso alimentario
28 de marzo, 2014
Extracto del artículo publicado en Revista Alimentaria nº 451. Autores:María Teresa Nieto Grau,
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Extracto del artículo publicado en Revista Alimentaria nº 451. Autores:María Teresa Nieto Grau, María Isabel Santillana López, Elvira Ruiz Martínez, María Eugenia Cirugeda.
En la sociedad actual, el envasado es fundamental y esencial. Envuelve, realza y protege los artículos que compramos, desde el procesado y manufactura pasando por el manipulado y almacenamiento, hasta el consumidor final. Sin el envasado los modernos canales de venta serían casi imposibles. Los alimentos entran en contacto con diferentes materiales a lo largo de toda su cadena de producción (elaboración, envasado, conservación, distribución y consumo), lo que incluye todo tipo de utensilios alimentarios, máquinas de procesado, envases y embalajes, envolturas, revestimientos, etc. Por tanto, cualquier material u objeto destinado a entrar en contacto directa o indirectamente con alimentos, ha de ser lo suficientemente inerte para evitar que se transfiera sustancias a los alimentos en cantidades que pueden poner en peligro la salud humana, ocasionar una modificación inaceptable de la composición de los alimentos o una alteración de las características organolépticas de éstos.
Un envase es un producto que puede estar fabricado con una gran cantidad de materiales y las principales funciones son las de contener y proteger al alimento envasado frente a contaminaciones externas (físicas, químicas o biológicas), mantener su calidad y dar información al consumidor.
A pesar de la importancia y del papel crucial que juega el envasado en la seguridad y calidad alimentaria, para muchos consumidores el envase es, en el mejor de los casos, algo superfluo, y en el peor un serio derroche de recursos y una amenaza medioambiental. Este punto de vista podría ser debido a que las funciones que el envase realiza son poco conocidas o no tenidas en cuenta.
El consumidor, como último eslabón de la cadena alimentaria, es responsable de la seguridad y calidad alimentaria en el hogar, por lo que...
Articulo completo en Revista Alimentaria nº 451
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