El 9º Punto de Encuentro contra el Desperdicio Alimentario de AECOC muestra iniciativas exitosas del gran consumo y la hostelería
AECOC
29 de septiembre, 2021
Es necesario que el esfuerzo normativo vaya acompañado de más acciones de sensibilización a la población
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AECOC ha celebrado este miércoles, en el Centro Cultural Eduardo Úrculo de Madrid y coincidiendo con la celebración del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio Alimentario, su 9º Punto de Encuentro contra el Desperdicio Alimentario, que ha mostrado algunas de las iniciativas más innovadoras y exitosas del gran consumo y de la hostelería en la gestión del desperdicio alimentario. En la inauguración del encuentro, la directora de comunicación AECOC, Nuria de Pedraza, ha remarcado el avance realizado por las compañías en la reducción de la pérdida de alimentos y ha recordado que las 700 empresas que forman parte del proyecto La Alimentación No Tiene Desperdicio han reducido los residuos alimentarios derivados de su actividad de un 1,78% a un 0,70% desde 2012 hasta la actualidad.
“Estos resultados nos permiten avanzar en el cumplimento de los ODS y demuestran el compromiso de toda la cadena de valor del sector alimentario por la mejora continua en la reducción de la pérdida de alimentos, incluso antes de que exista un marco regulatorio”, ha considerado de Pedraza.
En este sentido, la directora de comunicación de AECOC ha destacado “la visión colaborativa con las organizaciones y empresas” con la que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación está enfocando el diseño de la Ley contra la Pérdida y el Desperdicio Alimentario, que convertirá a España en el tercer país europeo con un reglamento nacional destinado a esta cuestión, tras Francia e Italia.
Según de Pedraza es especialmente importante que ley “tenga en cuenta la realidad y las casuísticas de las empresas en la gestión del desperdicio alimentario”, pero también ha reclamado a la administración que este esfuerzo normativo vaya acompañado de más acciones de sensibilización a la población. De hecho, cerca de la mitad del desperdicio alimentario se genera en los hogares. “Ningún reglamento será verdaderamente eficaz si el conjunto de la sociedad no es consciente de cuánto nos jugamos y si no trabajamos para hacer realidad un modelo de consumo más sostenible”.
La portavoz de la Asociación también ha anunciado que AECOC, en colaboración con otras organizaciones empresariales y con el tercer sector, ha presentado una enmienda a la Ley Residuos y Suelos Contaminados para solicitar que las donaciones, tanto de alimentos como de productos no alimentarios, queden exentas de IVA.
Reducción del desperdicio durante la pandemia
El director general de la Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, José Miguel Herrero, ha coincidido en destacar el proceso colaborativo con que se está desarrollando el proyecto de Ley contra la Pérdida y el Desperdicio Alimentario. “Hemos recibido más de 50 aportaciones de empresas, organizaciones y personas que nos ayudarán a identificar las mejores medidas para corregir las ineficiencias que generan este desperdicio”.
Herrero también ha considerado que la ciudadanía debe ser un aliado en la lucha contra el desperdicio alimentario. “Tenemos el objetivo de reducir a la mitad la pérdida de alimentos para 2030 y, para lograrlo, necesitaremos la implicación tanto de la sociedad como de las empresas”. En este sentido, ha destacado el éxito de la campaña ‘Aquí no se tira nada’, lanzada por el Ministerio y a la que la administración quiere dar continuidad.
El portavoz del Ministerio también ha explicado que el desperdicio alimentario se redujo durante el confinamiento. “La pandemia está siendo una etapa muy difícil, pero la sociedad ha aprendido a cocinar y a aprovechar más los alimentos”.
Estrategias del sector hortofrutícola
La primera mesa redonda ha reunido a empresas, cooperativas productoras y comercializadoras hortofrutícolas para analizar los retos del sector primario en la reducción de la pérdida de alimentos. Los representantes del sector han apuntado a la colaboración entre todos los agentes de la cadena de valor, la tecnología y la educación ciudadana como estrategias claves para lograr el objetivo de que “toda la fruta que produce un árbol se pueda comercializar”.
El director general de Afrucat, Manel Simón, ha reconocido que esta meta es “una utopía”, pero ha remarcado que el sector está “en una lucha constante para intentar hacerla realidad”. Simón ha destacado los avances realizados por los productores de frutas y hortalizas en los últimos años en esta dirección. “Se ha dado un paso muy importante al crear industrias de transformación para que esta fruta que no se puede aprovechar se convierta en zumos o mermeladas, o que como última opción se pueda aprovechar como biofertilizante y materia orgánica para los campos”.
De cara al futuro, Simón ha considerado que la lucha contra la mala gestión y contra los límites tecnológicos serán la clave para reducir el desperdicio alimentario que se genera en el sector, así como la educación de los consumidores. “Lo primero es satisfacerles ofreciéndoles productos óptimos para su consumo, pero también tenemos que formarles para que no se les pase la fruta una vez está en casa”.
Ha coincidido en este punto el CEO de Sat Trops, Enrique Colilles, que también ha apuntado a la necesidad de cambiar las costumbres de los consumidores en el punto de venta. “Hay que hacer mucha comunicación para que no toquen la fruta en el punto de venta, porque eso aumenta el desperdicio. Debemos generar confianza en las etiquetas: comprar fruta no es cuestión de suerte, sino de confianza en las marcas que garantizan que el producto está listo para consumir”.
En la misma línea, el director general de Unica Group, Enrique de los Ríos, ha lamentado que los europeos destinen un 12% de su presupuesto en alimentación, pero que sin embargo el desperdicio alimentario sea del 33%. “No desperdiciar supone un esfuerzo por hacer cosas diferente y por pensar diferente: hoy el consumidor no compra una fruta si no tiene un aspecto perfecto, y eso es la causa del 40% del desperdicio”.
Colaboración de la cadena de valor
De los Ríos también ha reclamado una mayor colaboración entre todos los agentes de la cadena de valor para seguir reduciendo el desperdicio de alimentos. “Las acciones de cada parte de la cadena influye sobre las otras, por lo que necesitamos más comunicación para pensar conjuntamente en cómo crear nuevas soluciones. Necesitamos legislar y crear un marketing más agresivo para movilizar a la sociedad”.
En este análisis sobre las prácticas de la cadena, Colilles ha destacado que los productores son los primeros interesados en crear estrategias contra el desperdicio, porque cualquier fruta que no se puede comercializar rebaja la rentabilidad. “En Sat Troups, formamos a nuestros agricultores para no comercializar ningún producto que no esté en el punto óptimo para su consumo; además, invertimos en tecnología para el control de la maduración para que llegue al canal de venta en buenas condiciones y reconvertimos los aguates que no pueden venderse para hacer guacamole”, ha resumido.
Tecnología para controlar el stock
Por su parte, la directora de RSC de Lidl, Michaela Reischl, aseguró que, en la actualidad, el retailer comercializa el 99% de los alimentos que pone a la venta y que el desperdicio alimentario vinculado a su actividad es del 0,5%. “La clave para lograr estos resultados es la monitorización. Debemos saber qué ocurre con todos los productos que pasan por nuestros lineales”, consideró Reischl.
La portavoz de Lidl explicó que la tecnología y la digitalización han sido claves en procesos como el control de stock de las tiendas, que permite a la compañía hacer pedidos optimizados a sus ventas diarias. En paralelo a este proceso, el distribuidor controla a diario las fechas de caducidad de los productos de alimentación seca, fruta y verdura, pan, bollería y artículos de nevera, y los ofrece con un 30% de descuento cuando la fecha de caducidad está próxima, además de donar alimentos aptos para el consumo pero que no cumplen los criterios de comercialización a diferentes entidades.
“Del 1% de alimentos que no llegamos a poner a la venta, el 10,8% lo donamos y el 38% lo cedemos a gestores autorizados para su revalorización en, por ejemplo, biogás”, detalló Reischl.
La directora de RSC de Lidl remarcó que la empresa se ha convertido en el primer supermercado con la certificación de Bureau Veritas por su sistema de gestión para la minimización del desperdicio alimentario. “Necesitamos trabajar con metodologías para saber cuánto se está desperdiciando en nuestras empresas y, a partir de ahí, buscar soluciones que vayan hacia una economía circular”.
Innovación contra el desperdicio
La monitorización de los procesos y la innovación para la prevención del desperdicio alimentario también fueron uno de los puntos más destacados por la directora de sostenibilidad de Capsa, Estefanía Iglesias. Una de las apuestas del fabricante es el proyecto Capsa Vida, que prevé la inversión de cinco millones de euros en los próximos cinco años para startups vinculadas con la alimentación saludable, personalizada y sostenible. “En el ámbito de la sostenibilidad adquieren especial importancia las iniciativas para la prevención de la pérdida de alimentos en toda la cadena de valor”, avanzó Iglesias.
La directora de sostenibilidad de Capsa detalló la estrategia de la compañía para reducir el desperdicio en el proceso de producción de los alimentos, en la comercialización y en los hogares. Una iniciativa que ha permitido, por ejemplo, la reducción en un 31% de la pérdida de productos alimentarios en sus fábricas y alcanzar una tasa del 94% a la hora de dar una segunda vida a los residuos de alimentos. Estos resultados han permitido a Capsa ser la primera empresa láctea española con todas sus fábricas certificadas con residuo cero.
Iglesias también remarcó la necesidad de involucrar a los consumidores en esta lucha contra el desperdicio de alimentos y ha puesto en valor la iniciativa de la compañía ‘Contra el desperdicio alimentario, Actúa diferente’, que ha permitido a Capsa ser reconocida durante dos años consecutivos en la Semana Europea de Prevención de Residuos.
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