Marta Gallego, Directora de Calidad Global de MIGASA
Como ya ocurriera en otros sectores, en el sector alimentario la CALIDAD en el producto y en el proceso es una prioridad. El aceite de oliva es un producto saludable y de altísima calidad y es natural que el mercado cada vez lo acoja mejor y los consumidores lo valoren cada vez más.
Desde la creación del grupo agroalimentario MIGASA, hace más de 60 años, no hemos dejado de trabajar día a día en la mejora de procesos: estoy convencida de que la calidad del producto está dentro de los procesos, y en nuestro grupo esto está presente cada día.
MIGASA es una empresa familiar que ha estado siempre muy unida al origen, al agricultor y al sector productor olivarero, y es esa calidad, ese buen hacer y esa tradición milenaria de la cultura del aceite la que nos esforzamos en trasladar al consumidor final poniendo el foco en los procesos.
Así, nuestra puesta en valor del aceite pivota sobre dos ejes fundamentales: la calidad del producto y sus beneficios para la salud y la sostenibilidad y relación con su entorno.
Y el mercado nos devuelve que ese es el camino: MIGASA es hoy la primera empresa agroalimentaria de Andalucía por volumen de facturación y principal compañía exportadora de aceite de oliva de España, con un 10% de la cuota mundial de comercialización de aceites de oliva.
Es cierto que el avance de las tecnologías ha hecho posible algo que los fundadores de nuestra empresa quizás no pensaban que podía ocurrir: que desde un teléfono en cualquier lugar de mundo se pueda conocer en tiempo real si se están cumpliendo los parámetros exigidos para la calidad, que se pueda tener localizada una cisterna de granel o conocer dónde se encuentra un pallet de envasado. Eso nos ha permitido ampliar nuestro concepto histórico de calidad enfocada al cliente sumando la tecnología para centrarnos en la calidad de nuestro proceso completo.
Nos pasamos muchas horas viendo cómo mejorar el trabajo diario para que se pueda mejorar de forma espontánea y casi sin darnos cuenta el producto. Una mejora que es consecuencia de la implantación de procesos bajo la filosofía de lean manufacturing con los operarios de línea y con los responsables de calidad, buscando puntos de mejoras en el proceso productivo y excelencia en el producto. Así, la mejora de procesos, en toda su extensión, se ha convertido en la clave de nuestra calidad.
En este sentido, para mí, hablar de calidad y seguridad alimentaria, es hablar de dos términos que no puedo separar. Calidad y seguridad alimentaria van unidas, una no se entiende sin la otra.
De hecho, le añadiría más términos, como es la calidad en el trabajo.
Solo el control de procesos hace que la calidad mejore, y este hecho ayuda a la calidad en el trabajo. Todo lo que evolucionemos en calidad y seguridad repercute positivamente en todos. Si la calidad es óptima, se disminuyen los problemas en toda la cadena de procesos de la compañía y eso repercute en la calidad en el trabajo de todos nosotros.
En este sentido, MIGASA ha avanzado mucho en control y automatización de procesos, situándose en un nivel alto en el sector agroindustrial. Se han realizado importantes inversiones que han mejorado los procesos productivos y en consecuencia la calidad y la seguridad alimentaria.
Para que se produzca esta mejora de los procesos, en MIGASA sabemos que las personas somos fundamentales. Mi trayectoria y crecimiento laboral dentro del grupo MIGASA me ha dado la experiencia necesaria para poder hacerme cargo del nuevo Departamento Técnico y de Calidad Global del grupo y eso supone que una parte fundamental de mi labor y de la de mi equipo es conocer en profundidad todo el proceso productivo, desde la recolección de aceituna hasta la comercialización de los diversos productos que fabricamos y comercializamos. Al igual que los procesos productivos de nuestros proveedores, auditando sus procedimientos de calidad para así poder cumplir con las necesidades que tienen nuestros clientes. Nuestro trabajo diario es confirmar que podemos llegar a los objetivos de excelencia que desde el departamento nos hemos marcado, reducir incidencias internas y reclamaciones de clientes.
Porque los propios clientes, gracias al conocimiento del aceite de oliva en particular y la dieta mediterránea en general, han hecho que la calidad sea imprescindible a la hora de acompañar al comercial en la compra de la materia prima, elegir a los proveedores y poder vender el producto adaptado a sus exigencias y a las de los consumidores.
En MIGASA este aspecto ha sido siempre clave en nuestra producción y el hecho de que los clientes cada vez lo valoren más nos reta a ser mejores, más exigentes. Un reto que conoce y comparte todo nuestro equipo.
Todas las personas que trabajamos en el Grupo MIGASA conocemos que nuestros productos van a terminar en la mesa o en las cocinas de muchas familias. Este hecho hace más motivador nuestro trabajo, nos ayuda a llevar a cabo con empeño un seguimiento interno de calidad y garantía de consumo, pensando en que cada parte del proceso productivo de un tipo de aceite o de alguna salsa va a llegar a alguien que lo va a degustar.
Cargar una cisterna de aceite o preparar salas con los protocolos marcados, es algo que tenemos tan interiorizado que se hace de manera casi automática. Trabajamos para que nuestros estándares de calidad y seguridad alimentaria estén en el día a día de cada trabajador de la compañía. En cada planta, en cada operario y en cada comercial de compra o de venta; todos ellos entienden la calidad como una parte del producto y una necesidad.
Y no podemos olvidar que si la mejora de los procesos es clave a la hora de hablar de calidad y seguridad alimentaria, también lo es en otra área relevante para nuestra compañía: la sostenibilidad.
Para nosotros es muy importante trabajar constantemente en la mejora continua de la eficiencia de nuestros procesos para ser más competitivos, alcanzar los estándares de calidad más altos y facilitar la labor de nuestros equipos. Todo ello con el foco en nuestro compromiso con el entorno.
Así, la planta de Dos Hermanas del grupo MIGASA fue la primera en Andalucía en obtener la Autorización Ambiental integrada hace ya bastantes años.
Y en 2021 hemos sido la primera empresa aceitera de España en obtener el sello “de Residuos a Recursos: Zero a vertedero”. Este certificado representa y visibiliza nuestro compromiso social y medioambiental y supone que al menos el 95% de los residuos que se producen en los procesos de la planta cordobesa de MIGASA se reintroducen en la industria como materias primas, evitando así que terminen en vertederos y fomentando la economía circular y la meta de 0 desperdicio (0 waste). La obtención de este sello es un hito para nuestra empresa, focalizada en la sostenibilidad y en la eficiencia, y no hubiera sido posible sin el compromiso de todo nuestro equipo: no solo de los trabajadores de nuestra planta cordobesa, que han sido claves, sino de toda la compañía que ha interiorizado la calidad como el motor de nuestro crecimiento