Bioplásticos con reflejos arcoíris para usar como sensores
Revista Alimentaria
10 de febrero, 2021
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Investigadores del departamento de mejora genética y biotecnología del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea ‘La Mayora’ (CSIC-Universidad de Málaga), han fabricado estructuras microscópicas resistentes al agua y a ambientes húmedos a partir de restos agrícolas de celulosa y cáscaras de cacao. Se trata de un material biodegradable, con colores brillantes iridiscentes (muestra o refleja los colores del arcoíris, como las pompas de jabón) que varían al detectar una alteración en su composición, con lo que podría emplearse como sensores de alerta en el embalaje de productos alimenticios, o marcas para evitar falsificaciones, entre otras aplicaciones.
El nuevo bioplástico consigue su estructura combinando dos materias primas. Por un lado, la celulosa procedente de los restos de algodón y por otro, las cáscaras del fruto del cacao. Ambos se disuelven hasta perder su tonalidad original y quedar prácticamente transparentes. En ese momento se mezclan y se forma un film con unas características muy similares a los plásticos derivados del petróleo. La ventaja de este material biodegradable es que su destrucción no conlleva impacto medioambiental.
Precisamente, la sustitución de los ‘petro-plásticos’ por materiales ecológicos y respetuosos con el entorno es uno de los grandes retos medioambientales en los que el equipo de investigación de este centro mixto del CSIC y la Universidad de Málaga lleva décadas trabajando. Hace unos años crearon un bioplástico a partir de la piel del tomate para recubrir el interior de las latas de conserva de esta fruta. Ahora, con este estudio, titulado ‘Biodegradable and Insoluble Cellulose Photonic Crystals and Metasurfaces’ y publicado en la revista ACSNano, han conseguido crear compuestos ‘bio’ a partir de desechos de celulosa y cacao aplicando la denominada ‘bioeconomía circular’, basada en emplear un desecho y convertirlo en un material útil.
Para alcanzar estos resultados, los expertos han disuelto ambos compuestos y generado a pequeña escala finas capas de film similares al plástico, con una estructura resistente y colores brillantes debido a la...
Artículo completo en Revista Alimentaria 520
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