Carlos Reinoso: "La energía, motor de la industria"
Alianza Industria
6 de julio, 2025
La industria española necesita aire fresco y un entorno energético que le permita crecer, innovar y liderar
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Carlos Reinoso
Portavoz de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, constituida por AICE (combustible), ANFAC (automoción), ASPAPEL (papel), FEIQUE (química y farmacia), FIAB (alimentación y bebidas), OFICEMEN (cemento), PRIMIGEA (materias primas minerales), SERNAUTO (componentes de automoción) y UNESID (siderurgia)
El tema energético viene dando mucho que hablar en los últimos meses… Pero no, no voy a hablar de apagones, renovables ni nucleares, sino de la recuperación del descuento del 80 % en los peajes eléctricos para la industria electrointensiva, aprobada por el Consejo de Ministros. Decisión que, sin duda, supone un soplo de alivio para un sector que lleva demasiado tiempo respirando con dificultad.
Desde la Alianza por la Competitividad de la Industria Española celebramos esta decisión con firmeza, conscientes de que no solo corrige una interrupción injustificada, sino que devuelve a estas industrias una herramienta imprescindible para seguir compitiendo en un entorno cada vez más exigente. Porque cuando la energía se convierte en un lastre, la innovación se ralentiza, la inversión se enfría y el crecimiento se detiene.
Este alivio, que ya demostró su eficacia desde su implantación en 2022 como respuesta a la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania, vuelve a escena, pues. Su reiterada prórroga y posterior paralización el diciembre pasado, tras la caída del Real Decreto-Ley Ómnibus, generó una inquietud profunda en el tejido industrial. La energía, lejos de ser un mero insumo, se ha convertido en un factor estratégico. Y cuando su coste se dispara sin control, las consecuencias se sienten en toda la cadena de valor: desde la producción hasta el empleo, desde la inversión hasta la innovación.
La recuperación del descuento en los peajes eléctricos es, por tanto, una decisión acertada. Pero no podemos permitirnos la complacencia. Esta medida, aunque bienvenida, no alcanza a todo el sector industrial, y eso plantea una cuestión de fondo que no podemos seguir postergando: ¿cómo construir una política energética que impulse de forma decidida a toda la industria española?
Porque si bien las industrias electrointensivas son esenciales -y merecen un marco de apoyo claro y estable-, lo cierto es que la mayoría de las industrias, en mayor o menor medida, sufren el peso de una factura eléctrica que penaliza su competitividad. En un contexto global marcado por la transición energética, la descarbonización y la reconfiguración de las cadenas de suministro, España no puede permitirse que su industria quede rezagada por un modelo energético obsoleto y desequilibrado.
Desde la Alianza por la Competitividad de la Industria Española insistimos: la recuperación del descuento es solo un paso en la dirección correcta. Lo urgente ahora es acometer una reforma estructural de la factura eléctrica, en línea con las orientaciones del Plan Europeo para una Energía Asequible y Competitiva, aprobado en febrero. Esta reforma debe eliminar de la factura eléctrica industrial aquellos conceptos no directamente relacionados con el consumo y/o derivados de decisiones de política energética, trasladándolos a los Presupuestos Generales del Estado. De este modo, lograríamos garantizar un marco de costes que permita a nuestras industrias competir en igualdad de condiciones con sus homólogas europeas.
España tiene ante sí una oportunidad histórica para redefinir su modelo industrial. La reindustrialización no puede ser un eslogan: debe ser una estrategia de país. Y para que esa estrategia sea viable, la energía debe dejar de ser una barrera y convertirse en un motor.
Hoy celebramos este avance. Pero no olvidemos que el verdadero horizonte está más allá. Si queremos una industria fuerte, resiliente y competitiva, necesitamos políticas energéticas que miren más allá del corto plazo. Que no se limiten a apagar fuegos, sino que construyan un modelo energético industrial robusto, predecible y alineado con los objetivos europeos.
En definitiva, la industria española necesita aire fresco y un entorno energético que le permita crecer, innovar y liderar. Hagamos de la energía un motor para la industria.
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