^{Mauricio García de Quevedo
Director General FIAB}

A lo largo de 2023, la industria de alimentación y bebidas ha continuado trabajando con gran esfuerzo para seguir liderando el sector industrial español. Hemos mantenido la responsabilidad de aportar estabilidad social y económica a España, a pesar de haber sido un ejercicio muy tenso y lleno de incertidumbre por la situación global. La radiografía del sector demuestra ese compromiso con el desarrollo de nuestro país, alcanzando una producción por encima de los 144.000 millones de euros y un valor añadido bruto de 29.786 millones de euros. Según los datos de ocupación en el primer semestre de 2023, los alimentos y bebidas siguen siendo sector refugio de empleo del mercado laboral español, pues, con un crecimiento del empleo del 4,3 %, se alcanzaron los 540.760 empleos directos en este periodo.

Y todo ello en medio de un contexto de ralentización de las economías. Durante 2023, hemos hecho frente a la inestabilidad internacional y sus consecuencias, especialmente en el alza de costes energéticos y de materias primas, cuyo efecto más perjudicial para las empresas y para el ciudadano ha sido una situación inflacionaria que ha ralentizado los ritmos de crecimiento que el sector venía consolidando y penalizado fuertemente el consumo. Un reto que aún continúa en este nuevo año.

En todo este proceso, en FIAB hemos trabajado para que, desde las instituciones y la Administración en el ámbito nacional e internacional, se atienda y se refuerce el carácter estratégico del sector. Solo una cadena de valor competitiva es determinante para que mantengamos el alto nivel de productividad que nos caracteriza, lo cual es esencial para una salud óptima de la economía nacional, dado el peso del sector de alimentación y bebidas en España.

Todos estos retos solo pueden abordarse desde marcos políticos proporcionados, estables y que otorguen seguridad para el fortalecimiento de una industria clave. Una petición que hemos lanzado al nuevo Ejecutivo, así como la prórroga de la bajada del IVA a más alimentos y bebidas o el cierre de la primera convocatoria del PERTE alimentario y una segunda convocatoria en la que se simplifique la burocracia y fomente la productividad de la industria.

La sostenibilidad es una de nuestras prioridades y la industria ya trabaja en aspectos como la descarbonización, la transición energética, nuevas infraestructuras, la economía circular o evitar el desperdicio alimentario.

Sin embargo, es necesario recordar que las medidas legislativas que se adopten deben acompasarse al momento económico actual, sin ir más allá que lo que pide la legislación europea, como hemos visto con la legislación en envases y residuos de envases. La sequía y las tensiones del cambio climático han condicionado la producción en este ejercicio, un reto que seguiremos afrontando en los próximos años y para los que será necesario abordar políticas eficientes que prioricen a sectores estratégicos como el alimentario.

En el plano internacional hemos visto en 2023 una ralentización de los mercados debido a la inestabilidad económica, por lo que las estrategias en el refuerzo de acuerdos comerciales, la creación de un Plan Sectorial para alimentos y bebidas o el impulso de la promoción en los mercados ya consolidados y en otros emergentes serán prioritarios en el nuevo ejercicio. Todas estas medidas deberán impulsarse además desde la digitalización y la innovación, apoyado por los Fondos Europeos para la transformación del sector.

Muchos son los retos que se abren para 2024 y cada uno de ellos debemos abordarlos desde la confianza en nuestra oferta, una de las más destacadas del mundo por su riqueza, seguridad y calidad. La labor de las industrias, repartidas por todo el territorio nacional, contribuye a generar valor en nuestro país, por lo que nuestros esfuerzos serán acompañar a estas empresas que contribuyen con su trabajo y sus productos a crear un país más dinámico, competitivo y reconocido.