Javier Rodríguez: "Fabricado con cogeneración: eficiente y rico, rico"
ACOGEN, Asociación Española de Cogeneración
24 de septiembre, 2023
En España la cogeneración está muy presente en el sector de alimentación y bebidas y aporta múltiples ventajas de ahorro de energía y descarbonización
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Javier Rodríguez, director general ACOGEN, Asociación Española de Cogeneración
Los procesos de producción de alimentos y bebidas necesitan gran cantidad de energía. Además de la electricidad, la calefacción y la refrigeración, el calor de proceso en forma de vapor y agua caliente resulta esencial para fabricar con garantía de calidad, seguridad y precio porque es imprescindible ser competitivo en una industria como esta.
Para cocer, pasteurizar, esterilizar, destilar, brasear, deshidratar, deodorizar, curar, cristalizar, conservar, calentar, extruir, cocinar y un largo etc., las industrias alimentarias requieren calor y frío en múltiples niveles. Esa energía térmica se puede generar en equipos convencionales —como calderas o quemadores— o bien empleando la cogeneración, una tecnología que permite obtener electricidad al mismo tiempo. Es decir, cogenerar es producir simultáneamente electricidad y calor, ahorrando hasta un 30 % de la energía que se necesitaría para fabricarlos separadamente.
También, en muchos procesos alimentarios y de su cadena agrícola y ganadera se generan subproductos, residuos y lodos transformables en biomasa o biogás —y otros— que pueden ser transformados para aprovechamiento energético en una nueva generación de electricidad y calor, es decir, añadiendo circularidad y sostenibilidad a nuestra economía.
En España, la cogeneración está muy presente en el sector de alimentación y bebidas, al igual que en otras industrias calorintensivas como la del papel, la química, la cerámica, el refino, el textil, el automóvil, los invernaderos, el tratamiento de residuos, etc. que suman el 20 % del PIB industrial nacional. En nuestro país contamos con unas 500 plantas de cogeneración, en otras tantas fábricas, que han venido produciendo el 10 % de la electricidad nacional, del que autoconsumen la mitad.
En Europa y en todo el mundo la industria también emplea cogeneración. En Europa, la cogeneración produce actualmente el 11 % de la electricidad y el 15 % del calor. A nivel global el 12 % de la electricidad se genera con esta eficaz y sostenible tecnología asociada a industrias y servicios que aprovechan también la energía térmica.
Una mirada a los estantes del supermercado, la carta del restaurante o la despensa de casa nos serviría para descubrir que en España se fabrica con cogeneración una larguísima y diversa lista de alimentos: desde azúcar, whisky, lácteos, chocolates, almidones, múltiples cárnicos, caviar, mayonesa, salsas, kétchup, aceites, soja, zumos, refrescos, congelados, conservas… y hasta algas o morcillas, por citar algunos, y todos ellos bajo las mejores marcas de empresas nacionales e internacionales.
La cogeneración es un “traje a medida” para cada empresa y aporta múltiples ventajas de ahorro de energía, descarbonización, generación distribuida, seguridad de suministro, resiliencia y competitividad. Una tecnología de presente y de futuro que atesora un largo listado de beneficios económicos y medioambientales para las empresas y para la sociedad. Por todo ello, estas ventajas posicionan a la cogeneración como gran aliada de la industria, ayudando al sector de alimentación y bebidas a cumplir sus objetivos de descarbonización y sostenibilidad.
Más de 150 plantas de diversas tipologías de cogeneración y trigeneración están implantadas en alimentación, bebidas y cadena agrícola y ganadera, lo que sitúa al sector como el mayor sector cogenerador, alcanzando un 20 % de la potencia total instalada en nuestro país, en línea con su fortaleza como mayor sector industrial del país.
La tecnología de la transición energética
Mientras que el resto de Europa y en todo el mundo se impulsa la cogeneración, en España se ha retrocedido de forma notable en los últimos años. Una regulación desacertada y continuados resbalones de política energética y climática han ido relegando las necesidades energéticas de las industrias y de su competitividad y sostenibilidad, bajo extremismos ideológicos y tecnológicos que evidencian un grave desconocimiento de la realidad industrial.
España debe aprovechar sus ventajas específicas en cogeneración e industria, promoviendo e impulsando el desarrollo de nuevas plantas y adaptando el parque actual de cogeneraciones de alta eficiencia para que opere progresivamente con gases renovables —cuando estén disponibles— y con flexibilidad en un sistema eléctrico caracterizado por una muy alta penetración de renovables y volatilidad, donde los precios energéticos se han hasta triplicado.
Nueva regulación en curso para 2024
El Gobierno en funciones —con el que se ha venido colaborando intensamente toda la legislatura— tiene ahora la oportunidad y la obligación de cerrar antes de fin de año un nuevo marco para que las cogeneraciones y sus industrias puedan operar e invertir en España, avanzando así en el progreso del país. La gestión de la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania ha originado un retroceso de la producción con cogeneración, con la consecuente pérdida de eficiencia energética nacional, mayores emisiones y desgaste de la competitividad y producción industrial.
Una parte importante de la sostenibilidad industrial está en riesgo si no somos más eficientes y recuperamos competitividad energética y climática, precisamente lo que aporta la cogeneración. Es urgente revertir esta situación.
El nuevo marco regulatorio en ultimación permitirá acometer las subastas para 1.200 MW de cogeneración contempladas en el PNIEC 2021-2030, que supondrán más de 800 millones de euros de inversión directa en cientos de industrias. Nuestras industrias evalúan que necesitamos el doble de lo planificado, unos 2.500 MW, para posibilitar la transformación del parque actual y la creación de nuevas plantas en consonancia con la producción industrial del país.
Las políticas energéticas y climáticas deben ir de la mano de la industria. De otra manera es imposible que el país avance y sea competitivo. Hoy más que nunca necesitamos visión estratégica para priorizar políticas industriales en sintonía con las energéticas.
Seamos capaces de restablecer el equilibro entre compromiso climático, competitividad y seguridad de suministro porque eso es la sostenibilidad: económica, ambiental y social. Impulsar la confianza y seguridad jurídica en el ámbito energético y climático es clave para la industria y para el país.
Las industrias necesitan soluciones pragmáticas y competitivas para los consumos térmicos, con neutralidad tecnológica y ajustadas a la situación de cada empresa. La industria de alimentación y bebidas tiene en la cogeneración un maridaje perfecto para seguir construyendo futuro industrial sostenible.
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