De forma creciente, nos preocupamos por tener la máxima información acerca de lo que compramos, y en el caso de los alimentos, más aún. Nos interesa saber cómo se produce lo que comemos y, cada vez más, exigimos que se haga de forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

Jean-Baptiste Boubault, Cofundador de la aplicación móvil de información nutricional El CoCo, se muestra de acuerdo: "Esta atención creciente al medio ambiente se puede ver en el interés por los alimentos ecológicos (que cada vez ocupan más espacio en los lineales), por las recetas que tienen en cuenta los alimentos de temporada, por el comercio de proximidad… Cuanta más información tiene el consumidor, más consciente y sostenible se vuelve, y nuestra intención es ayudarle a acceder a ella".

Según el informe Dietas sostenibles y biodiversidad de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), alimentos sostenibles son aquellos alimentos “que generan un impacto ambiental reducido y que contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional y a que las generaciones actuales y futuras lleven una vida saludable. Además, protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas”.


Para poder identificar los alimentos sostenibles, los productos tienen sellos de garantía. Estos sellos, que dependen tanto de entidades públicas como privadas, cada vez son más numerosos y se crearon con la idea de ayudar al consumidor a elegir los productos con un menor impacto social y medioambiental.
 
 

¿En qué nos tenemos que fijar para saber si tiene mayor o menor impacto ambiental?


Jean-Baptiste Boubault explica que debemos valorar distintos factores:

• De dónde viene el alimento: esto nos dará una idea de su huella de carbono. Por ejemplo, un aguacate que viene de México ha viajado cientos de kilómetros en cámaras frigoríficas, con las consiguientes emisiones de CO₂, mientras que el recorrido de uno de Almería es sustancialmente menor. Sin embargo, esto no es ni lo más dañino ni el único factor que afecta. 
Además, está el coste medioambiental de los envases y el empaquetado, etc.
• Su producción: incluye todo lo relacionado con su cultivo, o su cría (en el caso de las carnes especialmente).
 Según han confirmado Poore y Nemeneck en su investigación publicada en la revista Science en 2018, más del 80% de las emisiones relacionadas con los alimentos se deriva de su producción.
   

"Si queremos reducir la huella de carbono de nuestros hábitos de alimentación, es mucho más importante centrarnos en el “qué” (el alimento en sí) que en el “de dónde” (la procedencia)", asegura el responsable de El CoCo. 


Aplicaciones de análisis de alimentos


Como mencionábamos al principio, existen muchos sellos, muy diferentes los unos de los otros: "Hasta tal punto que un consumidor puede confundirse", señala Jean-Baptiste. Por eso, entre sus objetivos están educar y empezar por conceptos fáciles de explicar y entender, "y sobre todo centrarnos en sugerir los cambios de hábitos que más impacto puedan tener".

Jean-Baptiste nos explica que su aplicación ofrece información científicamente fiable al consumidor, con el fin de aportar trasparencia sobre la industria alimentaria.

A nivel de medio ambiente, cuando se analiza un alimento, la app ofrece un aviso medioambiental, una alerta exclusivamente informativa, que completa su nota nutricional (de forma independiente a ésta) y da al consumidor el poder para elegir sabiendo lo que compra.
 "Se trata de una primera etapa, ofreceremos más información poco a poco a nuestros usuarios para que sean cada vez más conscientes de lo que consumen. Creemos que la información científicamente fiable es la primera etapa, imprescindible, antes de generar cambios de hábitos positivos para nuestra salud y para el planeta", asegura.

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