"La harina, junto con la levadura, se ha convertido en las últimas semanas en uno de los productos más demandados y comprados en los hogares españoles", así nos lo comunican desde Incerhpan. La declaración del Estado de Alarma ha supuesto cambios importantes en los hábitos de compra y de consumo de alimentos en los hogares españoles, tal y como vienen reflejando los datos sobre consumo alimentario en el hogar que semanalmente son publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Según los datos oficiales, desde la primera semana del confinamiento se han venido registrando importantes aumentos en las compras de harina en el hogar, incrementos de casi el 200% respecto a las mismas fechas del año 2019, y que además, se incrementan de semana en semana, aunque de forma cada vez más moderada.

Pero este hecho no es exclusivo de nuestro país, ya que los incrementos en el consumo de harina en el hogar se están produciendo de igual modo en otros países europeos de nuestro entorno donde también han sido decretadas medidas de aislamiento más o menos exigentes que en España (Reino Unido, Francia, Italia, Alemania).

En general, este tiempo de confinamiento ha llevado a la población a redescubrir el gusto por elaborar pan y otros productos de panadería y bollería en el hogar. Es una actividad que puede realizarse en solitario o en familia, y que produce una doble satisfacción: al tratarse de un trabajo manual, relaja y evade durante el tiempo que se trabaja en su elaboración, y en segundo lugar, se puede disfrutar del resultado y además, compartirlo en las redes sociales. En este sentido, se podría decir que las fotos y videos de los horneados caseros están reemplazando a las fotos de viajes y escapadas a lugares de moda que hasta hace poco inundaban las principales redes sociales (Facebook, Instagram, etc).

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