^{Rita Míguez de la Iglesia
Presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres de la Pesca (ANMUPESCA)}

Celebrar el Día Mundial de las Gentes del Mar el 25 de junio es una cita importante para todas y todos lo que vivimos y amamos este medio natural que nos da la vida y nos ofrece lo mejor de sí mismo hasta el punto de convertir nuestras ocupaciones en verdaderas profesiones.

Las mujeres de la pesca hemos permanecido ocultas durante mucho tiempo y nuestro trabajo ha pasado desapercibido. Sin embargo, hoy en día somos un colectivo protagonista y con presencia propia en políticas y programas con impacto directo en nuestro sector.

Decir que la pesca es una actividad estratégica en la economía de España y de Europa es quedarse corto si observamos las cifras que genera. En España trabajan en este ámbito unas 60.000 personas, de las cuales alrededor del 16% son mujeres. Este porcentaje varía por comunidades, ya que en Galicia, por ejemplo, se eleva hasta el 25%.

El peso de las mujeres es indiscutible como indiscutible es también la experiencia acumulada de mariscadoras, percebeiras, redeiras, biólogas, armadoras, neskatillas, pescantinas, etc., lo que les confiere una innegable competencia para formar parte de los órganos de toma de decisiones, donde se adoptan las acciones y medidas que luego han de afectar a nuestro trabajo.

Son muchos lo problemas a los que nos enfrentamos el colectivo de mujeres de la pesca que se resumen en dos fundamentales: la falta de visibilización que repercute en el desconocimiento de nuestras profesiones por parte de la sociedad, y las desigualdades existentes entre los distintos colectivos del sector.

Desde que se constituyó Anmupesca en 2016 se han dado pasos que poco a poco están cambiando esta realidad. Los esfuerzos realizados en materia de visibilización han generado sinergias con la sociedad que ve ahora justas las reivindicaciones de este colectivo.

Además, Anmupesca ha puesto sus objetivos en la equiparación de los coeficientes reductores en el sector del marisqueo y en la consecución de los mismos para el colectivo de las rederas, el único del sector que aún no disfruta de esta prestación. La asociación está luchando también porque se reconozcan enfermedades profesionales derivadas de la práctica profesional de estas mujeres, pero que son diagnosticadas como comunes y que reducen los derechos laborales de las mismas.

Estos son algunos de los objetivos que se ha planteado el equipo que conforma Anmupesca, pero que no difieren demasiado de los problemas que nos unen al resto de los colectivos de las gentes del mar. Todos nuestros trabajos son excesivamente duros y nos exigen lo mejor de todos nosotros porque a veces, un simple error tiene consecuencias irremediables. Amamos nuestro modo de vida y ello nos ha hecho que incluso construyamos toda una cultura como es la cultura marinera, alrededor de la que giran mitos, leyendas, tradiciones, etc, integrada y defendida por aguerridas gentes, con coraje y valentía que cada día salimos a buscar lo mejor de los mares para acercárselo al consumidor.

Con todo ello, necesitamos mejorar nuestras formas de trabajar; necesitamos aparejos más ligeros y que la mecanización contribuya a moderar la dureza de nuestras tareas, especialmente las de las mujeres. Eso es sin duda un reto para todo el sector.

Pero también existen otros que nos obligan como sociedad y que supondrá la supervivencia de los mares y océanos. Como ciudadanos debemos ser conscientes de que hemos de legar a futuras generaciones un medio marino en excelentes condiciones, por lo que debemos encontrar el equilibrio entre nuestra actual forma de vida y bienestar con el cuidado y mantenimiento natural de los mares y océanos. Hemos de ser conscientes de debemos reducir los plásticos y los deshechos que acaban en las aguas, no sólo por nosotros, sino también por el futuro del medio y de nuestros hijos e hijas.

Estoy segura de que retos como estos contribuyen a sensibilizar aún más a la sociedad con los problemas que nos preocupan a las gentes del mar. Ese camino de alianza y de colaboración es la fórmula ideal para, juntos, seguir haciendo de la cultura marinera una bandera de nuestra forma de ser y del sector de la pesca, una actividad cada vez más estratégica y prioritaria en España y en Europa.

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