^{Rafael Domínguez}

^{Gerente de Freshuelva}

El sector acaba de culminar una nueva campaña en la que ha dado muestras una vez más de su resiliencia. Ha superado una nueva campaña y lo ha hecho con bastante aceptación, a pesar de haber tenido que hacer frente a unos incrementos en los costes de insumos sin precedentes, con una huelga de transportes más prolongada de lo que nos hubiese gustado en el momento álgido de la campaña y con el recurrente problema de la mano de obra o del agua también en momentos puntuales de la campaña.

Son unos aliados muy negativos para el normal transcurrir de la campaña de frutos rojos en la provincia de Huelva que, no obstante, ha logrado culminarla con gran esfuerzo por parte de todos los agricultores.

Quizá las nuevas adversidades climáticas sufridas han contribuido sin embargo a una menor producción y unos mejores precios de los frutos rojos en los mercados, si bien no han logrado compensar esta disminución de producción ni el incremento de los costes del cultivo.

El sector continua trabajando para despejar el horizonte y, en este contexto, lo hace al amparo de las plataformas por el Túnel de San Silvestre y en Defensa de los Regadíos del Condado para que se solventen los problemas de abastecimiento de agua tanto para el consumo humano como para nuestras tierras, para lo que necesitamos el compromiso político para ejecutar unas obras fundamentales para la provincia.

Lo mismo ocurre con la mano de obra, ámbito en el que este año hemos llevado a cabo, de la mano de la Administración, una experiencia piloto con Honduras y Ecuador, esperando incrementar el número para 2023, además del contingente marroquí y los trabajadores de nuestro país, lo que trasladaremos a nuestro Gobierno, y así garantizar poder contar con los trabajadores necesarios para la próxima temporada.

Pero casi no hemos terminado la campaña y un nuevo problema se cierne sobre nosotros y hace peligrar seria e irremediablemente la campaña que tenemos que empezar a preparar. Los agricultores necesitan productos para la desinfección del suelo que el Gobierno se niega a autorizar sin plantear una alternativa fiable y dejándonos en situación de desventaja competitiva respecto a los productores de berries de otros países europeos como Portugal, Italia o Grecia, que sí podrán utilizar los productos fitosanitarios que nosotros hemos usado tradicionalmente.

Este sector ha demostrado con creces, y casi desde su origen, su apuesta por la sostenibilidad y su compromiso con la legalidad para seguir creciendo de forma firme y continuada, como demuestran las cifras de comercialización y de empleo, que nos sitúan a la cabeza del sector a nivel mundial. Es por ello que lamentamos que tengamos que afrontar continuamente palos en las ruedas, los inevitables y los que sí se pueden evitar.

Como hemos hecho siempre, vamos a trabajar en alternativas que el Gobierno no nos ha dado hasta ahora, pero que en esta ocasión se hace muy difícil por la premura de tiempo, lo que a buen seguro podría redundar en un descenso de la superficie plantada de frutos rojos en la provincia y en una importante merma en un sector que genera 100.000 puestos de trabajo directos y toda una industria auxiliar y de servicios anexos, fundamental para nuestra provincia.  

Confiamos en la gestión de nuestros gobernantes y que, entre todas las partes, podamos alcanzar un acuerdo que beneficie al sector agrario y que pase por garantizar la viabilidad del mismo a corto, medio y largo plazo.