La industria de refrescos lleva a cabo un buen número de políticas medioambientales. Así, en los últimos dos años las medidas adoptadas por las diferentes empresas han logrado reducir el consumo de agua un 8%, y el consumo energético un 10% en los últimos tres años.  Además, la industria de bebidas refrescantes se ha comprometido para que la reducción de ambos indicadores alcance un 20% entre 2010 y 2020. Por su parte, los envases se han aligerado desde 2000 entre un 12% y un 14%, dependiendo de los materiales.

Por otro lado, el sector sigue avanzando para agrandar su ya amplia oferta (con una media de 150 lanzamientos al año) y ofrecer a los consumidores sabores originales, opciones más sanas y productos con valor añadido.

En España se produjeron en 2012 algo menos de 5.000 millones de litros de bebidas refrescantes, con una reducción interanual del 1,6%, según datos del documento Alimentación en España 2013 de Mercasa. El sector aporta a la economía española cerca de 12.140 millones de euros, de los que 4.994 millones constituyen la contribución directa de las empresas productoras, mientras otras 7.146 millones se obtienen de manera indirecta. La facturación directa del sector ha registrado una caída cercana al 8%.

Los refrescos constituyen el 41% de la oferta total de bebidas no alcohólicas, mientras que las aguas sin edulcorar representan el 53% y los néctares, horchatas y aguas edulcoradas el restante 5%.

Dentro de las bebidas refrescantes, las de cola acaparan el 55% de todas las demandas, seguidas por las de naranja (11%), limón (8%), bebidas para deportistas (6%), gaseosas (5%), tés (3%), tónicas (2%) y bebidas de lima-limón (2%). Las demás presentaciones suponen el restante 8%. Los refrescos de cola light y las bebidas energéticas y para deportistas son los que más han crecido durante el último ejercicio. La tónica y la lima-limón han registrado incrementos en torno al 1%. En el lado opuesto...

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