Adriana Casillas
CEO y cofundadora de Tebrio
Adriana Casillas es la CEO de Tebrio, compañía biotecnológica ubicada en Salamanca que es pionera a nivel mundial en la cría y transformación de insectos. Tal y como nos explica, el proyecto nace de su interés por aportar soluciones innovadoras y sostenibles al sector agroalimentario: “Desde que era niña, he sentido una profunda preocupación y una gran responsabilidad hacia el medio ambiente. Siempre me ha inquietado el impacto de nuestras acciones sobre el planeta y he buscado formas de contribuir a su cuidado. Al observar los desafíos que enfrenta el sector alimentario y la necesidad urgente de encontrar alternativas más sostenibles, identifiqué junto a mi socio una oportunidad real de marcar la diferencia. Así nació Tebrio: con el objetivo de desarrollar soluciones innovadoras y sostenibles a través de la biotecnología aplicada a la cría y transformación industrial de insectos. Queríamos ofrecer una fuente de proteína que ayudara a reducir la huella ambiental y promoviera un modelo de economía circular, aportando nuestro granito de arena para restablecer el equilibrio natural”.
Tras más de una década de historia, su responsable resalta que la evolución de Tebrio ha sido un proceso lleno de hitos y avances constantes: “Comenzamos en 2014 en Salamanca, partiendo de una pequeña iniciativa con una muestra de Tenebrio molitor, también conocidos como gusanos de la harina, y una visión clara de industrialización y sostenibilidad. En 2015, logramos construir la primera planta de producción de insectos aprobada en la Unión Europea para alimentación animal, lo que marcó un antes y un después para nuestra compañía y para el sector”.
“En 2019” —continúa— “dimos un paso decisivo al convertirnos en la primera empresa biotecnológica del mundo autorizada para fabricar fertilizantes orgánicos a base de insectos, obteniendo la certificación ecológica para su comercialización. Ese mismo año, ampliamos nuestras instalaciones y comenzamos a internacionalizarnos, lo que nos permitió acceder a los principales mercados globales. Además, Criteria Caixa y el CDTI se incorporaron como accionistas, reforzando nuestra posición y capacidad de crecimiento. En 2022 nos unimos al Pacto Mundial de Naciones Unidas, reafirmando nuestro compromiso con los ODS y la medición anual de nuestra huella medioambiental”.
Como último hito (hasta ahora), en 2024 aseguraron una ronda de financiación de 30 millones de euros, liderada por Banco Santander y otros socios estratégicos, lo que les permitió iniciar la construcción de la que será la mayor planta de cría y transformación de insectos del mundo, con una superficie de 90.000 metros cuadrados y una capacidad de producción superior a las 100.000 toneladas anuales.
“Este nuevo complejo, cuya primera fase estará operativa a finales de 2025 y cuya culminación está prevista para 2028, representa la consolidación de nuestro modelo industrial, el compromiso con la sostenibilidad y la generación de empleo en la región” —asegura Adriana Casillas—. “Mirando atrás, pasar de una pequeña iniciativa local a liderar la innovación global en biotecnología aplicada a insectos ha sido posible gracias a la apuesta por la tecnología propia, la economía circular y la visión de futuro que siempre hemos mantenido”.
Para Adriana, la construcción de esta nueva planta en Salamanca no solo representa un hito para Tebrio, sino para el sector biotecnológico en general, y añade que “nos permitirá responder a la creciente demanda de proteínas sostenibles y reforzar nuestro modelo de economía circular, además de generar empleo y dinamizar la economía local. Para nosotros, es la materialización de una década de trabajo y la base para liderar el cambio hacia una industria más eficiente y respetuosa con el entorno”.
Como vemos, Tebrio es todo un ejemplo de que la innovación y la constancia dan sus frutos, aunque, como apunta Adriana, “el camino no ha sido sencillo. Uno de los mayores desafíos fue la ausencia de una regulación clara para la cría y transformación de insectos, lo que nos obligó a trabajar junto a organismos europeos para establecer un marco normativo adecuado. Además, escalar la producción y lograr que nuestros productos fueran competitivos en precio y calidad ha requerido una importante inversión en I+D y tecnología. Atraer financiación y convencer al mercado de las ventajas de nuestro modelo también ha supuesto un reto, pero la perseverancia y la confianza en nuestro proyecto nos han permitido superarlos”.
¿Y lo más satisfactorio de emprender? “Personalmente, para mí lo más satisfactorio es cuando se generan resultados y ves que se producen cambios, que organizaciones enteras consiguen objetivos tangibles e intangibles” —comenta la dirigente—. “Cuando ves que tu trabajo como líder dentro de un equipo permite cumplir objetivos: por ejemplo, cómo un equipo comienza a caminar solo hacia un objetivo, cuando ha habido mucho trabajo por detrás para que eso ocurra. Otra cuestión que me satisface como emprendedora es que el propósito de la empresa esté impactando en el mercado, que ese fin llegue y que se estabilice. Se trata de conseguir una forma de trabajar no de manera tradicional, sino de la forma en la que alguien que emprende piensa que se debe trabajar. Ver que los resultados en todas las áreas son positivos y que dentro de un equipo la personas están alineadas”.
Si nos centramos en los proyectos de investigación en los que trabaja Tebrio, vemos que hay varios centrados en mejorar la viabilidad de la acuicultura de agua mediante el desarrollo de ingredientes innovadores derivados del Tenebrio molitor, que contribuyen a la salud y crecimiento de especies de peces. “Además, seguimos desarrollando nuestros actuales procesos de I+D y distintos productos obtenidos del Tenebrio, como proteínas, grasas y quitosano, para diversas aplicaciones en alimentación animal e industrial. También exploramos nuevas líneas basadas en el frass, desarrollando biofertilizantes ecológicos que mejoran la salud del suelo y el rendimiento de los cultivos. En conjunto, estos proyectos reflejan nuestro compromiso con la innovación sostenible y la economía circular”, concluye Casillas.
De cara al futuro, señala que, a medio plazo, su objetivo es consolidarse como líderes en Europa y Latinoamérica, y seguir avanzando en la industrialización de la producción de insectos. “Me gustaría que, en unos años, los productos derivados del Tenebrio molitor sean una opción habitual y reconocida por su sostenibilidad y su calidad, contribuyendo así a la seguridad alimentaria y al equilibrio medioambiental. Además, queremos seguir impulsando la economía verde y la innovación en todos los sectores en los que operamos”, afirma.
Respecto a la presencia femenina en el sector agroalimentario y biotecnológico, la responsable de Tebrio considera que ha crecido, pero aún queda mucho por hacer para lograr una representación equilibrada: “Creo que es fundamental visibilizar el papel de las mujeres en todos los niveles de la industria y fomentar su participación. La diversidad es clave para la innovación y el desarrollo, y estoy convencida de que el talento femenino tiene mucho que aportar para afrontar los retos del futuro en nuestro sector”.
“En mi caso, encontré alguna barrera inicialmente, aunque al principio era más por ser joven, no por ser mujer. Es cierto que en ciertos sectores tradicionales a veces puedes encontrarte con determinados puntos de vista o tics que sorprenden, pero nosotros desde Tebrio nos movemos en el sector agro tecnológico, científico y biotecnológico, y en este sector la mujer no solo está muy integrada, sino que muchas veces incluso lidera. En el mundo biotecnológico, que incluye desde salud hasta alimentación y otros campos, la presencia de mujeres es superior a la de hombres, cerca de un 70 % frente a un 30 % de hombres. La tecnología ya está atrayendo cada vez a más ciencia y lo va a seguir haciendo, por lo tanto, atraerá también a más mujeres. Por eso es muy importante introducir la biotecnología dentro de los canales agroalimentarios tradicionales”, asegura.