El lenguado común (Solea solea) es un pez plano de gran importancia comercial en las aguas ibéricas del Atlántico norte. Aunque muchos estudios han investigado las primeras etapas de vida de la especie, poco se sabe acerca de las fases adultas y la estructura del tamaño de la población.
En un reciente trabajo publicado en la revista Fisheries Research, los investigadores de los centros oceanográficos de Vigo y de Santander del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC), junto a colegas del Scottish Oceans Institute, han analizado 20 años de datos de campañas oceanográficas investigando las relaciones existentes entre la presencia, biomasa y frecuencia de tallas de los individuos adultos de lenguados con la profundidad, para poder entender y predecir su distribución espacial y temporal.
En particular, utilizando un enfoque bayesiano y tres estructuras de modelos espacio-temporales diferentes, se han caracterizado los patrones de distribución según su persistencia temporal, datos que son fundamentales para la gestión de las áreas de agregación de cualquier especie.
Los resultados han destacado tres áreas de agregación de biomasa que coinciden con áreas de veda espacial restringidas a la actividad pesquera y cerca de las desembocaduras de ríos, probablemente debido a que los adultos de lenguado tienen baja movilidad y permanecen en las proximidades de sus áreas de reclutamiento, generalmente ubicadas dentro de estuarios.
Además, los resultados muestran que los especímenes pequeños tienden a agregarse en aguas menos profundas, mientras que los más grandes habitan en aguas de mayor profundidad. En general, en las aguas gallegas los individuos son más pequeños respecto a los del Cantábrico, probablemente debido a que los fondos marinos en esta área son principalmente de arena, mientras que los adultos prefieren sedimentos fangosos donde se alimentan de invertebrados bentónicos como poliquetos, bivalvos y crustáceos.
“Comprender la distribución espacio-temporal de la población de lenguado común mejora nuestro conocimiento de esta especie y podría ayudar a diseñar un índice de biomasa más preciso que se utilice para calibrar modelos de evaluación de stock”, apunta Maria Gracia Pennino, investigadora del IEO en Vigo y autora principal del trabajo. La investigación se realizó en el marco del proyecto IMPRESS.