Durante el almuerzo se deben consumir alrededor del 35% de las kilocalorías totales que se han de ingerir a los largo del día. Por tanto es importante dedicar tiempo y esfuerzo a pensar en la elaboración del menú diario.

Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que se deben comer, al menos, cinco piezas o porciones de frutas y verduras al día, para prevenir enfermedades crónicas como las cardiopatías, el cáncer, la diabetes o la obesidad.

La Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados (ASEVEC) se suma a las recomendaciones de la OMS y añade las verduras ultracongeladas en el tupperware diario, preparado para almorzar en el lugar de trabajo.

En concreto, la cultura del tupperware cuenta con más seguidores. Esta nueva tendencia permite controlar lo que comemos, gastar menos y llevar una alimentación más saludable. La filosofía nipona ya lo descubrió en torno al siglo XII aunando una cuidada presentación con alimentos saludables. Este tupper oriental fue denominado Bentô, y se trata de una ración de comida sencilla, preparada para llevar, que se guarda en un recipiente con dos o más compartimentos separados.

El origen del Bentô se remonta al final del periodo Kamakura (1185 a 1333) en Japón cuando se servía un tipo de arroz cocido y seco llamado hoshi-ii en una pequeña bolsa que llevaban cazadores, agricultores y soldados. Más tarde, comenzaron a surgir unas preciosas cajas lacadas en madera como recipiente tradicional y el Bentô comenzó a consumirse en las fiestas del té.

Después la cultura del Bentô se difundió a  todo el país y pasó a ser más sofisticada, con una mayor elaboración y variedad en los platos, y comenzó a generalizarse entre estudiantes y trabajadores, debido a que las empresas y escuelas no servían comida y se debía preparar en casa. Aunque hubo un momento en el que Bentô cayó en el olvido hasta que volvió a ser utilizado en los años 80, con la ayuda del microondas.

El origen de la palabra, lo encontramos en boca del comandante militar del siglo XVI Oda Nobunaga, que ofrecía comida a muchas personas en su castillo y les presentaba a todos una porción de comida individual. Por tanto, la palabra se originó para describir estas comidas simples pero individuales que el comandante repartía en su castillo.

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