Desde Bruselas: Objetivos de reducción de la contaminación por nitrógeno: una dieta más vegetal es clave
Centro Común de Investigación (JRC, Joint Research Centre)
2 de enero, 2024
Un informe revela que cambios en la dieta y diversas medidas técnicas pueden reducir a la mitad las pérdidas de nitrógeno en el medio ambiente
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La ganadería intensiva y una dieta excesivamente rica en productos animales provocan importantes pérdidas de nitrógeno reactivo en el medio ambiente. Esto provoca varias formas de contaminación del aire, el agua y el suelo, contribuyendo al cambio climático. El agotamiento del nitrógeno en el suelo se considera una de las principales causas de pérdida de biodiversidad y recursos naturales. Los suelos sanos son la base de nuestra seguridad alimentaria y del trabajo de los agricultores.
Investigadores del JRC participaron en un grupo de científicos internacionales que trabajan con el Convenio del Aire de las Naciones Unidas. Han publicado un nuevo informe llamado ‘Apetito por el cambio: Opciones del sistema alimentario para el nitrógeno, el medio ambiente y la salud’. Presenta los cambios necesarios para alcanzar los objetivos acordados de reducir a la mitad los residuos de nitrógeno establecidos en la Declaración de Colombo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el marco mundial de diversidad Kunming-Montreal, y en consonancia con la ambición de la UE de reducir en un 50 % las pérdidas de nutrientes, incluido el nitrógeno.
Suelo saludable para la seguridad alimentaria
Las pérdidas mundiales de nitrógeno representan una grave amenaza para la sostenibilidad ambiental. El exceso de nitratos puede conducir a la contaminación del agua que resulta en floraciones de algas, pérdidas de biodiversidad y contaminación del aire. Estas pérdidas también comprometen la capacidad del sector agrícola para alimentar a una población en crecimiento, lo que no es sostenible con dietas ricas en carne.
Este informe refuerza la evidencia científica en torno al nitrógeno y los sistemas alimentarios y pide acciones más ambiciosas para hacer que el sistema alimentario actual sea más sostenible. Una gama equilibrada de acciones, incluida la reducción a la mitad del consumo de carne y lácteos («dieta demitariana») con una mejor gestión de la explotación y la cadena alimentaria, y el refuerzo de una economía circular y el papel del ganado en ella, podría lograr una reducción del 49 % en las pérdidas de nitrógeno. Fomentar más dietas basadas en plantas puede promover la salud humana y un planeta más saludable.
Cambiar a una dieta más basada en plantas
Entre los 144 escenarios investigados en este estudio, 11 de los 12 que reducirían la pérdida de nitrógeno en un 50 % y, por lo tanto, cumplirían los objetivos de la UE, implican un cambio de dieta. La opción más equilibrada con los costes sociales más bajos para reducir las pérdidas de nitrógeno (en un 49 %) es una combinación de:
- Reducir a la mitad el consumo de carne y lácteos,
- Mejorar la gestión de las explotaciones agrícolas y de la cadena alimentaria,
- Reducir el consumo excesivo y la ingesta de proteínas.
Las dietas más equilibradas, predominantemente de origen vegetal, tendrían menos huella de nitrógeno, menos emisiones de gases de efecto invernadero y traerían resultados positivos para la salud.
También hay otras consideraciones de salud. Los altos niveles de nitratos en el agua potable y los alimentos pueden aumentar el riesgo de enfermedades no transmisibles, incluyendo cáncer, enfermedad tiroidea y enfermedades cardiovasculares.
Otra forma de reducir las pérdidas de nitrógeno del suelo, encontraron los científicos, es reducir el desperdicio de alimentos y mejorar el tratamiento de las aguas residuales para que se recuperen más nutrientes.
El informe también encontró que, en 2015, solo el 18 % del nitrógeno en el sistema alimentario europeo se utilizó en alimentos y productos de fibra, mientras que la mayor parte del resto se desaprovechó por la pérdida del medio ambiente, lo que contribuyó a la contaminación del aire, el agua y el suelo, que amenazan nuestro clima, biodiversidad y salud humana.
Creación de sistemas alimentarios sostenibles
El aumento sin precedentes de los precios de la energía, los fertilizantes y los alimentos desde 2021 subraya la necesidad de abordar la vulnerabilidad del sistema alimentario. Las dietas basadas en plantas requieren menos fertilizantes terrestres y minerales, lo que reduce la dependencia energética y aumenta la resiliencia ante las crisis alimentarias y energéticas.
Como muestra la Comunicación de la Comisión sobre la protección de la seguridad alimentaria y el refuerzo de la resiliencia de los sistemas alimentarios, reducir la dependencia de la agricultura europea de la energía, los fertilizantes y las importaciones de piensos es más que nunca una necesidad. Entre las propuestas presentadas por la Comisión figuran una mayor eficiencia en el uso de nutrientes, la transición al amoníaco verde para los fertilizantes nitrogenados y la economía circular.
Al utilizar las tecnologías actualmente disponibles, ya hay un margen considerable para mejorar la eficiencia en el uso del nitrógeno a nivel de las explotaciones. Esto es particularmente cierto para los sistemas cultivables, que podrían alcanzar una mejora de hasta el 92 %. La alta eficiencia en el uso de nitrógeno también se puede lograr en la cría de cerdos y aves de corral (80 %) y la ganadería de ganado y ovino (55 % a 61 %). Las tecnologías futuras, incluida la precisión y la agricultura digital, tienen el potencial de mejorar la eficiencia del uso del nitrógeno más allá de lo que actualmente es posible.
La transformación del sistema alimentario y el progreso hacia los objetivos de nitrógeno necesitan políticas conjuntas, incluidos incentivos financieros y ayudar a los consumidores a acceder a opciones alimentarias más sostenibles con un menor impacto ambiental. Buscar soluciones disponibles, como las legumbres y la innovación en alimentos y piensos, puede ayudar a lograr dietas con baja huella de nitrógeno al tiempo que proporciona beneficios nutricionales.
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