Miguel Ángel Martínez: "Nutriscore es un paso adelante, siempre que se recalifiquen los productos con evidencia científica suficiente"

Revista Alimentaria

24 de abril, 2021


Continuamos con nuestra serie de entrevistas para conocer en profundidad los pormenores que rodean al etiquetado nutricional frontal Nutriscore. El profesor Francisco Pérez Jiménez, de la Universidad de Córdoba, nos explicaba por qué la comunidad científica no está de acuerdo en que este sistema le dé al aceite de oliva la calificación C, sin tener en cuenta las propiedades saludables del aceite de oliva virgen.

Por su parte, el eurodiputado de Ciudadanos Jordi Cañas nos contaba que había logrado el apoyo en el Parlamento Europeo, tanto en la Comisión de Comercio Internacional como en la de Comercio Interior y Protección del Consumidor, para su iniciativa para que el aceite de oliva y otros productos de la dieta mediterránea queden al margen de la etiqueta Nutriscore, una reivindicación clave para el sector agroalimentario español.

En esta ocasión, contamos con el punto de vista de Miguel Ángel Martínez González, Catedrático del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra e investigador del CIBEROBN (Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición).

Precisamente, Miguel Ángel Martínez González fue el coordinador de un estudio publicado en la revista Clinical Nutrition que buscaba evaluar de forma prospectiva la asociación entre la puntuación de este sistema y la tasa de mortalidad, en una cohorte española de graduados universitarios.

El investigador señala que "Nutriscore es un paso adelante, es mejor contar con un etiquetado nutricional frontal, y además este sistema es el que mejor se entiende por la población general. No obstante, también tiene sus inconvenientes y limitaciones. Para mí, lo más grave es que no se le da al aceite de oliva virgen la categoría que debe tener de acuerdo con la evidencia científica existente", recuerda.

Y también advierte del riesgo de que este etiquetado sirva para "blanquear a los productos ultraprocesados, lo cual sería un flaco servicio a la población y a la salud pública, porque en esto sí que hay consenso: hay que dar preferencia al consumo de productos frescos o mínimamente procesados".

"Hay que tener en cuenta algo más importante que la química de los alimentos, que es la epidemiología", asegura. En este sentido, defiende la actuación del comité de expertos que asesora al gobierno americano para las Dietary Guidelines for Americans. En lugar de buscar cuánta vitamina C, magnesio, etc. tiene un alimento, lo que buscan es cuánta evidencia científica sólida hay para cada alimento.

Volviendo al estudio mencionado, Martínez González explica que en la cohorte estudiada participaron más de 20.500 personas, con una edad media de 38 años y que fueron seguidos durante diez años. En el vídeo, repasa con detalle las conclusiones de este estudio, así como evidencias del estudio PREDIMED relativas al aceite de oliva.

También habla sobre la calificación que deberían tener los lácteos, su valoración de otros etiquetados como el semáforo nutricional, o la cuestión de las raciones de 100 gramos, entre otros temas.

Para estar al tanto de todo, haz clic en el vídeo de la entrevista sobre estas líneas.

 

 

Infórmate aquí sobre cómo puedes suscribirte y enterarte de todo.
 

 


Puedes seguirnos


Te Recomendamos


Suscríbete a nuestra revista

Suscripción a 10 números consecutivos de la Revista Alimentaria desde la fecha de la suscripción

portada revista alimentaria Más información

Aviso de Cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia del usuario a través de su navegación. Si continúas navegando aceptas su uso.Política de Cookies.



Saber más