Revista Alimentaria.- ¿Cuándo nace INTERCITRUS y cuáles son sus objetivos?
Enrique Bellés.- INTERCITRUS fue pionera en su tiempo porque tuvo una andadura incluso antes de que existiera normativa legal que le diera amparo, es decir, antes de la publicación de la ley de organizaciones interprofesionales. Esta andadura previa era el Comité Interprofesional Citrícola, que tomó como ejemplo los modelos que existían en Francia, y que en su día aportó una visión distinta de las relaciones que había entre las diferentes organizaciones, y entre el sector y la sociedad.
Siguiendo esa trayectoria, los estatutos de INTERCITRUS se firmaron el 8 de septiembre de 1993 en la sede de la Generalitat Valenciana, con presencia del Presidente de dicha institución, del ministro de Agricultura de aquel momento y de los consejeros de Agricultura de Cataluña, Andalucía y Madrid, y el acta fundacional es del 24 de septiembre. A continuación, hubo que regular todas las funciones de la interprofesional, y en torno al año 2000 entró a formar parte del Consejo General de Organizaciones Interprofesionales. En aquel momento, yo ocupaba el cargo de Director General de Producción Agraria de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación de la Generalitat Valenciana, motivo por el cual formaba parte del Consejo General de Interprofesionales.
En cuanto a nuestros objetivos, son los máximos que la normativa permite a una organización interprofesional, es decir, todos aquellos que redunden en beneficio del sector citrícola desde un punto de vista colectivo.
R. A.- ¿Qué ramas forman parte de la Interprofesional?
E. B.- Como en todas las interprofesionales, contamos con representación de las dos ramas: por un lado, la producción y por otro la comercialización. El sector cooperativo tiene la peculiaridad de que forma parte, por un lado, de la rama de la producción y por otro de la comercialización. Hace unos meses, la industria entendió que debía estar fuera, pero confío en que en algún momento puedan ver las oportunidades que ofrece formar parte de la Interprofesional.
En cuanto a la parte productiva, están representadas las tres organizaciones profesionales agrarias reconocidas a nivel nacional: ASAJA, COAG y UPA, así como representantes de las organizaciones de productores, bien en el ámbito de Cooperativas Agro-alimentarias, bien en el ámbito del Comité de Gestión de Cítricos. En la parte comercializadora, también encontramos empresas asociadas a Cooperativas Agro-alimentarias, y otras al Comité de Gestión de Cítricos.
Un rasgo importante de nuestra Interprofesional es que las decisiones se deben tomar por unanimidad, lo cual tiene sus dificultades, pero también tiene su lado positivo, porque se genera debate sobre cada cuestión y las decisiones a las que llegamos son por consenso.
R. A.- Ha sido nombrado presidente el pasado mes de julio, pero ha ocupado la presidencia y vicepresidencia anteriormente. ¿Cómo valora su trayectoria en la Interprofesional y los retos de liderarla en este momento?
E. B.- En una interprofesional, más que las personas concretas que ocupemos el cargo en cada momento, lo importante es el colectivo. Personalmente siempre he estado ligado a la actividad de INTERCITRUS, tanto cuando he ocupado un cargo como cuando no.
En mi primera presidencia en el periodo 2007-2008 teníamos problemas muy importantes que hoy ya tenemos encauzados, como los protocolos de exportación. En aquel momento trabajábamos para llegar a Rusia (mientras que hoy no llegamos a este mercado por otras circunstancias, por desgracia).
En cuanto a las mandarinas, negociábamos porque estaban dentro del Citrus Marketing Board, que propiciaba que el gobierno americano pudiera adoptar medidas a propuesta de sus propios productores. Hoy en día, aunque todavía encontremos alguna dificultad, contamos con protocolos y podemos acceder a los mercados. Es importante resaltar que en aquel momento contábamos con una importante campaña de promoción, con una inversión de cinco millones de euros.
El segundo periodo, 2013-2014, fue de mantenimiento de la entidad, y en cuanto a 2019-2020, en ese momento intentamos sentar las bases para el resurgimiento de INTERCITRUS y elaboramos un Plan de Acción que supuso un punto de inflexión.
Para el periodo actual, 2022-2023, tenemos tres prioridades: el seguimiento de la normativa sobre la exigencia del cold treatment; la creación de un contrato homologado, y llegar a un acuerdo para realizar promoción y que podamos optar a los fondos europeos.
R. A.- ¿Cuáles son los últimos datos de producción del sector español de naranjas y mandarinas?
E. B.- Se han publicado, hasta la fecha, los datos oficiales por parte del Ministerio de Agricultura y de la Comunidad Valenciana. Las estimaciones son que la producción nacional va a ser de casi seis millones de toneladas, lo que supone un descenso del 15% respecto a la campaña anterior. Hay que tener en cuenta que este año hemos tenido unas circunstancias meteorológicas difíciles para el árbol, con lluvias en primavera, calor extremo en verano…
También hay que considerar que los datos varían de una región a otra. Por ejemplo, en el caso de la Comunidad Valenciana hay un 8,5% menos de producción, mientras que en otras zonas productivas el dato probablemente haya subido porque venían de un año muy bajo.
Igualmente, como la campaña viene un poco retrasada respecto al año anterior, es posible que las lluvias que pueda haber ahora sirvan para adecuar el calibre a las mejores expectativas comerciales.
Además, vamos a tener fruta de calidad y suficiente para abastecer los mercados, y que la producción sea menor con respecto al año anterior supone que no hay un sobreabastecimiento y no debe haber tensiones en los mercados. Es decir, que existe un ambiente de cierta tranquilidad que nos permite que todos los eslabones de la cadena tengan una remuneración adecuada por su actividad. Podemos conseguir que esta sea una buena campaña si colaboramos todos.
R. A.- En cuanto al consumo, ¿cómo está siendo la evolución del consumo de estos cítricos en los últimos años?
E. B.- Con carácter general, podemos decir que hay una tendencia ligeramente descendente, y por eso considero que la promoción debería incidir en este tema. La oferta de la que dispone el consumidor es amplia y diversa, existen muchos productos sustitutivos, como por ejemplo frutas de origen tropical que están apareciendo en el mercado, y algunos de estos productos sí que se están promocionando, con lo cual nosotros deberíamos apostar por hacerlo también.
También es cierto que durante la pandemia el producto se comportó de manera extraordinaria, puesto que siempre se asocia el consumo de cítricos, por su contenido en vitamina C, con la prevención de resfriados y otras enfermedades de índole respiratoria. Por ello, hubo un boom del consumo en ese momento, pero pasada la pandemia hemos vuelto a las dinámicas anteriores.
Por otro lado, también se produjo un incremento de importaciones procedentes del hemisferio sur, que además fue de golpe, lo cual hizo que sufriéramos sobreabastecimiento y al final no fue una buena campaña. No obstante, más allá de elementos puntuales, como decía al principio la tendencia es más bien descendente y por ello creo que debemos tomar cartas en el asunto.
R. A.- A nivel europeo, España es líder en exportación de cítricos. ¿Qué países son nuestros principales destinos?
E. B.- Más del 90% de nuestras exportaciones de naranjas y mandarinas tienen como destino la Unión Europea, principalmente Francia y Alemania, y también Reino Unido, aunque desde el Brexit no forme parte de la UE. Fuera de la UE, llegamos casi a alrededor de 70 países cada año.
Ahora mismo, no tenemos presencia en dos de los mercados más significativos, como son Rusia, por el veto impuesto por Putin en 2014 y por las circunstancias de la guerra, y Estados Unidos, donde por una serie de protocolos no tenemos prácticamente presencia.
Es importante además retomar el concepto de las cláusulas espejo, algo que ya están haciendo tanto nuestro ministro de Agricultura como su homólogo francés. La ausencia de reciprocidad hace que puedan venir aquí producciones de países terceros en unas condiciones ventajosas, puesto que no tienen las exigencias que sí tienen los productos europeos.
Por otra parte, para nosotros ir a países terceros fuera de la UE nos supone unos costes muy elevados por la aplicación de los protocolos que nos exigen.
Sería crucial eliminar este diferencial de exigencia que limita que lleguemos a países terceros, porque tenemos los mejores cítricos del mundo, y empresas con capacidad para llegar a cualquier mercado y competir con cualquier producción, con gama, calidad, servicio, logística...
R. A.- ¿Cómo están impactando en el sector las subidas de precios de la energía?
E. B.- No se trata solamente de que hayan subido los energéticos, sino todos los costes, tanto para el agricultor como para la central hortofrutícola: agua, abonos, transporte, etc., y eso ha provocado que la subida se traslade al destino. Lo primero a considerar es que partimos de una base muy baja. Así, si por ejemplo un agricultor cobra 15-20 céntimos por kilo de naranja, y después nos vamos a 2 euros de venta, el producto ha subido un 1000%, pero hay que ver todos esos costes intermedios que he mencionado: siempre hay que contextualizar los datos.
La primera pregunta que nos debemos hacer es qué vendemos, si en la mayoría de los casos es un commodity, un producto indiferenciado al que no se le está dando el valor adecuado. La Ley de la Cadena, que se hizo con la mejor de las intenciones, todavía tiene debilidades que se deben ir corrigiendo.
Como decía, entre todos debemos llegar a un precio razonable para todos los eslabones, porque si el agricultor no tiene una remuneración adecuada, no podrá cultivar un producto cada vez mejor.
R. A.- Respecto al cold treatment, el proceso hasta la aprobación de su obligatoriedad ha sido complicado. ¿Cómo lo han vivido desde la Interprofesional?
E. B.- Muy apasionadamente y como un reto, porque que nos estén llegando plagas de cuarentena de modo incesante es un elemento preocupante. El gran problema que hemos vivido con el cotonet procedente de Sudáfrica es que cuando les ha llegado a los agricultores, no podían tratarlo con nada.
Además, la línea que está siguiendo la UE, y más con la nueva normativa de fitosanitarios, es reducir el número y el volumen de las materias activas y los productos fitosanitarios permitidos.
El impacto de esa política comunitaria, y el impacto de las detecciones de plagas que estamos teniendo, hizo que no nos quedara más remedio que proponer la exigencia de este tratamiento en frío. No era un capricho, porque la propia EFSA y los propios servicios técnicos de la UE habían detectado el problema y aportado el tratamiento de frío como única solución. Tratamiento que además se está exigiendo en muchos otros mercados.
Hemos vivido una serie de retrasos hasta llegar a la aprobación de esta exigencia, y se nos dijo que una de las causas es que se había consultado la norma a la Organización Mundial de Comercio. Tuvo que tomar cartas en el asunto el propio ministro, en entrevista con la comisaria Kyriakides. Por su parte, los colegas de Sudáfrica conocían toda esta tramitación, pero después han alegado ignorancia y sorpresa.
Quiero subrayar que se trata de un asunto de defensa fitosanitaria de las producciones europeas, y que después de la aprobación de la obligatoriedad del tratamiento, todavía nos siguen llegando
casos. Ahora hay varias cuestiones de aplicación que tenemos que comprobar que se cumplen correctamente, con el rigor que exige la norma.
Además, la expectativa del sector es que la obligatoriedad del tratamiento se amplíe a otros productos susceptibles de sufrir esta plaga, es decir, las mandarinas, e imagino que los compañeros de AILIMPO también quieren que se haga extensivo a los limones y pomelos.
R. A.- ¿Hay alguna otra enfermedad de los cítricos respecto a la que haya que tener prevención, como Huanglongbing?
E. B.- Creo que no hay que centrarse en una única enfermedad, sino que debemos estar atentos a la evolución de todas. En estos momentos la globalización permite desplazar cualquier producto a cualquier parte del mundo. Por su climatología, hay zonas en las que existen ciertas plagas y otras en las que no, pero nunca sabemos qué puede ocurrir cuando llega una plaga a un país, porque puede adaptarse y acabar por establecerse en un lugar donde antes no estaba. Como he comentado antes respecto al cotonet, para muchas plagas no contamos con materias activas adecuadas, no sabemos cómo tratarlas y se produce un “interregno” durante el cual la plaga va haciendo su camino.
Respecto a la enfermedad de Huanglongbing o dragón amarillo, tenemos dos puertas de entrada al Mediterráneo, Portugal e Israel, donde se ha detectado el vector que transmite la bacteria que causa esta enfermedad. Por tanto, tenemos que tener todos los protocolos de actuación preparados, hacer todos los controles, y sobre todo debemos preguntarnos por qué ha aumentado el riesgo. No hay mejor medida que ser precavidos y tratar de impedir que nos pueda llegar esta enfermedad y cualquier otra.
Sería bueno, si no un servicio de control europeo único, porque cada país tiene sus competencias, sí lo suficientemente coordinado como para que toda la experiencia que puedan tener los inspectores españoles se pudiera coordinar con los de otros países que quizá no tengan un conocimiento tan profundo. Entiendo que todos los servicios de inspección de todos los países trabajan de forma impecable, pero hay que reflexionar acerca de por qué han entrado las plagas que han entrado.
R. A.- En cuanto a sostenibilidad ambiental, ¿cómo está trabajando el sector para reducir la cantidad de agua empleada en estos cultivos?
E. B.- El agua no deja de ser un coste y los agricultores son los primeros que buscan reducir todos sus costes. Se está haciendo mucha inversión en el riego por goteo y ya hay una parte muy sustancial del territorio donde está implantado, gracias a lo cual ya existe ahorro de agua.
Debemos tener claro que el agua va a ser un bien escaso y que hay que hacer un uso racional, puesto que estamos en un momento de cambio en la aportación de agua. Estábamos todos acostumbrados a que hubiera unos ciclos anuales bastante claros y previsibles, y estamos viendo cómo están cambiando: se van a alternar unos ciclos de ausencia de agua con otros en los que llega de modo torrencial.
Teniendo en cuenta este nuevo contexto, me gustaría que el agua dejara de ser un instrumento político y, si una región es donante, no necesariamente tiene que recibir el agua esa misma región: debe haber una solidaridad de verdad y debemos entenderlo entre todos. Hoy en día existen la tecnología y la inversión suficientes como para que pueda haber la cantidad de agua que necesitan los agricultores en cada momento. Necesitamos respeto, sentido común y que los políticos participen con buena disposición para que esto pueda ser así.
R. A.- En cuanto a la PAC, ¿cómo afectará el nuevo Plan Estratégico recientemente aprobado al sector de los cítricos?
E. B.- Este sector, a diferencia de otros, está muy poco subvencionado. A nivel general, hemos tenido una PAC con menos recursos y más exigencias: desde el punto de vista medioambiental se nos exige mucho más que a los productos que vienen de fuera de la UE, y eso genera un diferencial de costes. En este sentido, debemos plantearnos por qué un producto de fuera no tiene las mismas exigencias que uno producido aquí.
Por otro lado, hay un aspecto importante que hay que agradecerle al anterior comisario, Phil Hogan, que es la continuación del sistema de fondos y programas operativos para el sector de frutas y hortalizas. Es un sistema exclusivo para este sector, que ahora intentan ampliar a otros, y tiene la peculiaridad de que el sector se hace copartícipe y responsable de cuáles son las inversiones y su destino, además de no tener tope presupuestario.
Respecto a la procedencia comunitaria, vuelvo a insistir en que somos quienes producimos los cítricos de mayor calidad y seguridad, no solo a nivel fitosanitario sino también de límites máximos de residuos. Hay que lanzar un mensaje al consumidor europeo: los productos con mayores garantías sanitarias son aquellos de procedencia europea.
R. A.- Para finalizar, ¿cuáles son los retos que tiene INTERCITRUS de cara a los próximos meses?
E. B.- Lo primero es consolidar la organización y trasladar el mensaje de utilidad. Y así ha sido, sin este foro, difícilmente se podría haber conseguido la implantación del tratamiento de frío para productos de países terceros.
Por otro lado, como decía antes, nos estamos focalizando en dos temas: llegar a un acuerdo para crear un contrato homologado que pueda ser de utilidad, y promover campañas de promoción y captar fondos europeos.
Debemos revertir la tendencia de consumo y cómo se está tratando al producto en muchos ámbitos, porque tenemos un producto de muchísima calidad. Como siempre digo, si un publicista tuviera que idear un producto, uno de ellos sería un cítrico con las características que tienen los nuestros. Como dije en mi toma de posesión, ojalá aquella persona que opte por comprar cítricos se sienta un vencedor.