Miguel Sebastián, coordinador académico de GATE Center, participó en la mesa redonda El nuevo orden mundial que se celebró en febrero en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo bajo el marco de la Semana de la Internacionalización IMEX - 2023, en la que afirmó que “Europa debe ir de la mano con China para invertir en África y Latinoamérica”.
Durante su intervención, Sebastián, que compartió foro con Beatriz Reguero, directora del área de Cuenta del Estado de CESCE; Eduardo Serra, presidente de DigitalES y ex ministro de Defensa; Félix Sanz Roldán, general del Ejército de Tierra y ex director general del CNI, e Inocencio Arias, diplomático y ex embajador de España en la ONU, puso en el centro del debate el sorpasso que, en tamaño de su PIB, China dará a Estados Unidos en el medio plazo, “entre una o dos décadas”.
Hizo referencia al índice Gravity GATE Center que elabora el think tank y que muestra cómo en los últimos 60 años el centro de gravedad económico mundial se ha desplazado, a través del paralelo 40, desde el Atlántico Norte hasta el Pacífico. Tendencia que no parece haberse frenado en los años de la pandemia. Así, en términos de peso sobre la economía mundial, en 1980 el gigante asiático sólo representaba el 1,7% del PIB mundial (por debajo incluso de España) mientras que, a día de hoy, la cifra ha superado el 18%, esto es, sólo cinco puntos por debajo del de Estados Unidos (23%).
Es más, si acotamos el periodo de análisis a los últimos tres años (2020 – 2022), pese a la incertidumbre generada por la pandemia y la puesta en marcha de la política COVID 0, el PIB de China ha crecido, en términos acumulados, casi nueve puntos más que el de Estados Unidos. Cabe también recordar que las previsiones del FMI para 2023 apuntan a un avance del 5,2% para el gigante asiático, mientras que el de Estados Unidos será de apenas el 1,4%, es decir, casi cuatro puntos menos. “Claramente, la tendencia es que China adelante a Estados Unidos, en el plano económico. Y en el tecnológico estamos estudiando ese posible sorpasso”, reiteró Sebastián.
Oportunidad para Europa
El próximo cambio de liderazgo en la economía mundial representa, a su vez, una oportunidad para el desarrollo de la economía y la industria europeas. Ahora bien, aprovecharla “requiere que Europa mantenga una posición neutral en el conflicto entre ambas potencias”, explicó Sebastián, que quiso apostillar que menciones contra China como la que se recogió en la Declaración de Madrid durante la pasada Cumbre de la OTAN son “innecesarias y desafortunadas”.
En este sentido recordó que, desde hace unos años, China està aprovechando el espacio de oportunidades que abre el desarrollo de infraestructuras en África. De hecho, las empresas del gigante asiatico son las que están acaparando la mayor parte de los desarrollos portuarios de África occidental y consolidando su posición de superoperadores, lo cual les permitirá ejercer el control casi absoluto de, entre otros, el tráfico comercial de la Nueva Ruta de la Seda.
Además, China se aprovecha de esta relación privilegiada acaparando un volumen importante de materias primas, minerales y tierras raras. Por tanto, “si queremos ser relevantes en el liderazgo económico mundial y sacar partido a las oportunidades que se abren en el continente africano hemos de construir unos verdaderos Estados Unidos de Europa”, afirmó el coordinador académico de GATE Center. No obstante, esta “es una realidad que pasa por creérnoslo, renunciar a muchas soberanías nacionales y replantear políticas como las que afectan a la competencia, la política industrial y las “ayudas de estado”. El referente relevante para medir si hay o no poder de mercado no es el europeo, sino el global, incluyendo a los países que llamamos emergentes”.
Frenos a la globalización
Desde la crisis de 2008 se detecta un freno a la globalización, medido por el menor crecimiento del comercio mundial en relación al PIB mundial. La incertidumbre que se ha generado tras el estallido de la pandemia y la invasión de Ucrania por parte de Rusia parece que está intensificando esta tendencia a la desglobalización. “El paradigma de la ventaja comparativa de David Ricardo se está tambaleando por dos motivos: una mayor valoración de la seguridad en el suministro y la prima por la producción y el comercio de proximidad, para reducir la huella de carbono. Queremos un comercio libre pero también un comercio libre de emisiones”. “Hay que evaluar cómo hacer estos dos objetivos compatibles, porque serán necesarias intervenciones en el marco fiscal transnacional”, señaló Miguel Sebastián.
Por último, destacó dos cuestiones claves para el modelo de crecimiento de las economías mundiales: la lucha por la atracción de talento, donde “el teletrabajo se ha convertido en un arma muy potente” y la lucha contra la desigualdad interna en los países desarrollados: “Si intentamos atajar este aumento de la desigualdad con un aumento de los impuestos sobre el ahorro, corremos el riesgo de cargarnos el modelo de crecimiento. Las economías crecen por la inversión y el ahorro”.