Foto: Ignacio García Magarzo, director general de ASEDAS

Ignacio García Magarzo: "Talento para alcanzar la triple transformación"

ASEDAS

26 de mayo, 2024

La distribución alimentaria trabaja para lograr tres grandes transiciones: la medioambiental, la tecnológica y la de formación de talento



Ignacio García Magarzo, director general de ASEDAS

 

Los retos de futuro de la distribución alimentaria son, en realidad, los mismos desafíos que tiene la sociedad española y europea. Afrontarlos nos obliga a hablar de las personas que desde las tiendas, las plataformas logísticas y la gestión y dirección de las empresas cumplen cada día con el gran desafío de llevar una alimentación completa, variada, segura y a precios competitivos muy cerca de las casas de los consumidores.

Por eso, como representantes de un sector estratégico para la economía y para la sociedad, los distribuidores tienen que asumir la tarea de acometer las tres grandes transiciones que las empresas tienen por delante: la medioambiental, la tecnológica y la de formación de talento. Asumen con ello también la responsabilidad de hacerlo rápido y bien, porque la importancia de este sector lo convierte en palanca de cambio en muchos aspectos y, sobre todo, en un espejo en el que la sociedad se mira a través de los 16 millones de personas pasan cada día por un supermercado y de los cientos de miles de negocios de hostelería que, por ejemplo, acuden a la distribución mayorista.

La fortaleza estructural del sector en España nos hace estar confiados sobre el éxito del cumplimiento de estos retos. Pero que los objetivos se alcancen a tiempo y sin perjuicios para el modelo eficiente de cadena alimentaria que tenemos en España no depende solo de las empresas y de las personas que en ellas trabajan. Una de las dificultades más con que se encuentran tiene una cifra: las más de 1.400 normas nuevas o modificadas que el comercio tuvo que aplicar en 2023 -3,1 al día-. La presión legislativa -que suma normativa europea, estatal, autonómica y local- no ha dejado de crecer desde el año 2020… y supone un verdadero calvario en términos administrativos y económicos.

Mención aparte merecen las normas que abordan cuestiones medioambientales porque, en estos momentos, son las más numerosas y, en muchos casos, las más complejas de aplicar. El diálogo con los sectores y la aplicación de la visión de cadena -incluyendo al consumidor y a las administraciones públicas- son indispensables para realizar una verdadera transición hacia la economía circular y hacia la descarbonización que no destruya la competitividad empresarial. Algo que, en la distribución alimentaria española, ha costado mucho lograr y presenta claros beneficios para el consumidor, que tiene una enorme capacidad de elección para comprar alimentación en nuestro país.

Pero las personas que trabajan en la distribución alimentaria necesitan también prepararse para llevar a cabo estos cambios y saber que van a obtener el merecido reconocimiento por parte de la sociedad. Atraer y retener el enorme talento que tenemos en las empresas de distribución alimentaria es, por tanto, otro de los retos más importantes. Afrontarlo pasa necesariamente por tener contar con un sistema de formación pública más eficiente, que sitúe a la distribución alimentaria en el lugar que merece y que sea capaz de trasladar a la sociedad el orgullo de ser uno más de los 327.600 trabajadores que se encargan de llevar alimentos a todas las casas, aun cuando éstas se encuentren en los lugares más recónditos de nuestro país.

 


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