Disfrutar de un buen plato puede convertirse en toda una experiencia gastronómica. No solo por la materia prima o los equilibrios logrados en la manera de preparación, también por la bebida que lo acompañe. El vino es una bebida con un importante papel si se escoge para acompañar. Por ello, conocer cuál va mejor en cada ocasión puede ayudar a que nuestros sentidos disfruten más del momento de comer.

Para saber qué vino acompaña mejor, contamos con Isabel López de Murillas, Enóloga de Bodegas Príncipe de Viana y experta en vinos, quien también nos explicó cómo catar el vino paso a paso.

“Antes de nada, hay que dejar claro que para maridar un plato con un vino, debemos cuidar que ninguno de ellos marque más que el otro, logrando equilibrio entre el plato y el vino”.

Sabores fuertes e intensos

Si optamos por una carne de gran regusto, sabor fuerte, o acompañamientos de salsas intensas, deberíamos buscar un vino tinto, preferiblemente con crianza, para que exprese multitud de matices aromáticos y, sobre todo, un vino que sea estructurado, con peso en boca y largo retrogusto. Por ejemplo, el Crianza Edición Limitada de Príncipe de Viana.

“Un tinto reserva con cordero asado, o un tinto joven con pochas de Tudela”.

Sabores suaves

Sin embargo, cuando se trata de un pescado al horno, sin salsas potentes o verduras de preparaciones suaves sin muchos condimentos “optaría por un vino blanco con una ligera crianza en barrica. La fruta de dicho vino encajará a la perfección con el pescado y, por otra parte, si tiene un toque de barrica, estaremos frente a una boca más untuosa, por lo que, a nivel de paladar, resultará mucho más sedoso y agradable, intensificando así la textura amable del pescado en boca. Por ejemplo, un Príncipe de Viana Chardonnay fermentado en barrica”, comenta López de Murillas.

“Un vino blanco fresco con cebollas estofadas”

Los tentempiés y picoteos con vino

Tostas, canapés o el acompañamiento de quesos pueden saber mejor si se escoge bien el vino. Para esta ocasión, la enóloga recomienda: “Mi apuesta atrevida es por los rosados. Si el queso es curado, iría a un rosado más tánico, como puede ser el Príncipe de Viana Rosado Cabernet. Si es queso más suave, disfrutaremos mucho con la fruta del Príncipe de Viana Rosado Garnacha. En cualquier caso, disfrutaremos del maridaje, ya que como dice el refrán “Vino con queso sabe a beso”.

“Un rosado con queso Torta del Casar”

¿Y los postres? También con vino

A pesar de que puede parecer no tan común, los vinos pueden acompañar el final de la comida y lograr una perfecta armonía con el dulce que acompañan. Isabel López de Murillas recomienda acompañarlo de un vino dulce, acorde con el sabor característico de los postres. Hay apuestas más arriesgadas con otros vinos, pero ya habría que concretar mucho más el postre, para poder acercarnos al vino adecuado. Nuestra bodega posee en esta línea un Vendimia Tardía de Chardonnay con un año de barrica, que es una apuesta segura para los postres.

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