Uno de los postres más emblemáticos de la pastelería francesa es el macaron, el famoso pastelillo redondo, crujiente en el exterior y blando en el interior, elaborado con pasta de almendras, azúcar y claras de huevo. Los macarons cuentan con una larga historia –ya se preparaban en el siglo VIII en un monasterio francés cercano a Cormery–, y existe controversia sobre su procedencia: aunque la creencia popular es que proceden de nuestro país vecino, existen opiniones que señalan que su nombre proviene del término italiano maccherone y que, en realidad, se crearon en Venecia.

Son además muy versátiles e invitan a experimentar con infinidad de sabores y rellenos. Así lo ha hecho también Dulcesol, que ha querido adaptar esta receta tradicional a las necesidades del mercado actual y que rinde además homenaje a sus orígenes, vinculados a un antiguo negocio de pastelería.

Así, Dulcesol pone este conocido dulce al alcance de todo el mundo en un formato cómodo y original, en paquetes de cuatro unidades, disponibles en seis deliciosos sabores, desde los más clásicos (cacao, frambuesa, naranja, limón y café) hasta los más llamativos, como es el caso del melón. Precisamente su sabor ha sido reconocido con la certificación "Sabor del Año 2016". Los nuevos macarons forman parte de la colección Dulcesol Black, que reúne sus recetas más premium.  

Dulcesol sigue concienciando a los consumidores de la importancia de mantener hábitos saludables sin tener que renunciar a sus postres favoritos. Para hacerlo posible, una de sus acciones más importantes fue eliminar de su gama de bollería, en 2010, las grasas hidrogenadas y sus trans asociadas, y sustituirlas por grasas vegetales no hidrogenadas.
 

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